Que la vida puede ser complicada, todos lo sabemos. Sin embargo, para algunos, la mayor dificultad comienza a partir de los 30 años. La razón de esto será explicada por los terapeutas en el texto a continuación, donde se explicará la razón de este sentimiento de dificultad y por qué sucede en este grupo de edad.
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Una de las principales razones de esta dificultad son los traumas pasados, especialmente los de la infancia. Es en esta etapa que cargamos con traumas por el resto de nuestra vida, son los más difíciles de tratar, pues según los especialistas llevamos tanto tiempo conviviendo con ellos que creemos que no podemos cambiar.
El trauma relacional es, en definitiva, un trauma que es el resultado de vivir mucho tiempo en una relación de poder desequilibrada y disfuncional. Esta relación ocurre mucho entre un niño y su tutor, y por eso, resulta en impactos biopsicosociales complejos, que persisten en el individuo a lo largo de su vida, si no tratado
Estos aspectos biopsicosociales son las grietas que con el tiempo aumentan con los años si no se tratan. Y cuando el adulto llega a los 30 años, cuando la mayoría ya no vive con sus padres o cuidadores, termina dándose cuenta de lo defectuosa que era esa relación.
¿Por qué a los 30 años?
Cuando somos jóvenes, adolescentes y adultos jóvenes, crecemos creyendo que esta relación, especialmente con nuestros padres, es algo normal y natural. Estamos ignorando que ellos también son seres humanos con muchos defectos y que probablemente tienen sus traumas y no han sido tratados y esto termina repercutiendo en su interacción.
Y como dependemos económicamente y emocionalmente de nuestros padres, tenemos una relativa falta de responsabilidad y eso facilita un poco la convivencia. Pero después de salir de casa y cuando comenzamos a depender solo de nosotros mismos, nos dimos cuenta de lo defectuosa que era la relación y los traumas del pasado salen a la luz. Estamos más cargados en nuestra vida adulta, la antigua falta de responsabilidad que teníamos cuando éramos jóvenes, ya no la podemos tener. Al darse cuenta de esto, muchos adultos tienen desencadenantes psicológico que afectan directamente a sus vidas, lo que acaba convirtiéndose, para ellos, en la etapa más difícil de sus vidas.