¿Estás olvidando mucho? 4 hábitos que la neurociencia dice que pueden ayudar

El proceso natural de envejecimiento tiene varias implicaciones, una de las cuales es la disminución potencial de la claridad mental. Es común encontrarse con momentos de olvido, como nombres de personas, lugares o incluso el menú del almuerzo de ayer. Con la edad, estos lapsos tienden a ocurrir con mayor frecuencia. En este contexto, la memoria se convierte en un componente esencial para mantener la productividad, tomar decisiones importantes y asegurar el éxito en nuestras actividades profesionales.

Afortunadamente, existen formas de fortalecer la memoria a través de prácticas saludables que pueden aumentar las habilidades de memoria y brindarle una ventaja significativa en muchos aspectos de la vida. Algunas de estas prácticas incluyen:

• Practicando ejercicios físicos regularmente: La práctica constante de ejercicios físicos puede traer beneficios para la salud mental y el funcionamiento cerebral. Los estudios revelan que la actividad física ayuda a expandir el hipocampo, un componente crítico del cerebro responsable de la consolidación de la memoria. Asimismo, el ejercicio estimula el flujo sanguíneo al cerebro, favoreciendo la aparición de nuevas neuronas y mejorando las conexiones sinápticas.
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• Estimular la mente: Los ejercicios mentales como la lectura, los juegos estratégicos y el aprendizaje de nuevas habilidades pueden mejorar la memoria y las habilidades cognitivas. Una revisión sistemática de 22 estudios de población sugirió que las actividades mentales complejas redujeron el riesgo de demencia incidente en un 46 % durante un período medio de siete años.
• Adopta una dieta equilibrada: Lo que consumimos puede desempeñar un papel clave en la salud y el rendimiento del cerebro. Como se señala en un artículo de la revista Better Nutrition, una dieta regular que consiste en pescado y verduras puede "retrasar el deterioro cognitivo hasta por 19 años". Una investigación que analizó a 27 860 personas en 40 países durante cinco años encontró que aquellos con las dietas más saludables tenían un 24 % menos de probabilidades de experimentar un deterioro cognitivo.
• Manejar el estrés: El estrés crónico y la ansiedad pueden afectar la memoria y la función cognitiva. Por lo tanto, es importante practicar técnicas de manejo del estrés como la meditación, ejercicios de respiración profunda, atención plena y actividades relajantes.

También vale la pena señalar la importancia de tomar descansos regulares en el trabajo para mantener la mente tranquila. Se recomienda un descanso de 10 minutos por cada 80-120 minutos de actividad cerebral para evitar la sobreestimulación y la pérdida de claridad mental.

Prácticas como la meditación consciente, escuchar música, reír y divertirse, o simplemente dar un paseo al aire libre, pueden ser formas excelentes de reponer el cerebro. Por lo tanto, anime a sus compañeros de trabajo a adoptar también estas prácticas saludables.

Fuente: INC