Adoptar una actitud positiva ante la vida puede traer muchos beneficios, pero es fundamental tener cuidado con la trampa de la “gratitud tóxica”.
Este concepto, tal como lo describe Elizabeth Pearson, entrenadora profesional y autora, implica engañarse a sí mismo e invalidar sus propias emociones y deseos.
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Pearson explica que la gratitud tóxica se manifiesta cuando piensas: "No estoy tan feliz como podría estarlo" con respecto a una relación. tu trabajo, relación o situación de vida, pero una voz interior te dice que estés agradecido e ignores cualquier preocupaciones. Para ella, la gratitud tóxica puede mantener a una persona atrapada en condiciones de vida desfavorables.
Reconocer los signos de la gratitud tóxica es el primer paso para liberarse de este mal. Según Pearson, aquí hay tres indicadores a tener en cuenta:
La gratitud tóxica puede afectar tanto tu vida profesional como personal. En escenarios relacionados con el trabajo, puede manifestarse como:
A nosotros relacionesRománticos, la gratitud tóxica puede manifestarse como:
Para superar la gratitud tóxica, Pearson sugiere imaginarse a sí mismo más joven y reflexionar sobre cómo se sentiría acerca de su situación actual. Si está decepcionado o triste, es una clara señal de que se necesitan cambios.
El antídoto a esta situación radica en cultivar una profunda confianza en tus instintos y emociones. Así que reevalúe si la gratitud tóxica ha construido barreras invisibles en su vida.
Si es así, considere desarmarlos y adoptar una mentalidad que priorice su bienestar y satisfacción. Y recuerda: ponerte primero es señal de amor propio y no el egoísmo.