Los científicos realizaron un estudio analizando a más de 800 personas, con el fin de tratar de comprender mejor lo que se necesita para despertarse dispuesto y renovado a primera hora de la mañana. La investigación utilizó hermanos gemelos como la mayoría de los voluntarios, ya que las variaciones genético pueden descartarse, ya que tienen el mismo ADN. Por lo tanto, el enfoque de la investigación se centró completamente en el efecto de los cambios en los hábitos de los participantes.
La investigación fue publicada en un artículo en N.soportar las comunicaciones. En él, los participantes comían por igual, utilizaban una especie de reloj para medir la actividad y el sueño y un monitor de glucosa que registró los niveles de azúcar en la sangre después de cada comida. Los voluntarios también evaluaron qué tan despiertos se sintieron durante el día. La encuesta duró dos semanas.
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Finalmente, se ha demostrado que cuatro puntos determinan cómo nos despertamos, sigue leyendo para saber cuáles son:
La forma en que nos despertamos está muy relacionada con la forma en que dormimos, es decir, una persona que duerme más y despertar más eficientemente en un estado de alerta más claro que los durmientes menos
La cantidad de actividad física practicada por los participantes del estudio influyó mucho en la forma en que se despertaron al día siguiente. No sólo cuánta actividad se practicaba, sino también a qué hora se hacía, ya que los voluntarios Los que hacían ejercicio durante el día dormían mejor que los que hacían ejercicio por la noche. noche. Así, los ejercicios físicos también son un punto importante para despertar más atentos.
Una de las comidas principales del día, el desayuno juega un papel muy importante en este período del día. Según la investigación, quienes consumían más proteínas aún se sentían somnolientos y menos alertas, mientras que quienes consumían más hidratos de carbono se encontraban en un estado de alerta más claro. Es importante destacar que las comidas realizadas por los voluntarios tenían la misma cantidad de calorías, cambiando solo el contenido nutricional de las comidas.
Los niveles más altos de azúcar en la sangre también se relacionaron con un estado de ánimo más bajo y una mayor dificultad para mantenerse alerta por la mañana.
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