El deseo de ser aceptado viene naturalmente a muchas personas hasta cierto punto. Sin embargo, esta necesidad de complacer la gente es algo que aprendes desde el principio, a menudo ocurre cuando las expectativas poco realistas y la necesidad de "perfección" triunfan sobre cualquier autenticidad o conexión emocional.
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Cuando somos niños, buscamos en nuestros padres y tutores la validación de nuestro sentido de dirección y autodefensa. Así es como los niños aprenden a navegar por el mundo y, en última instancia, construyen una identidad propia sólida.
Sin embargo, cuando la realidad de un niño es negada o ignorada, puede llevar al niño a sentirse insegura sobre quién es, incapaz de valerse por sí misma y completamente dependiente de los demás para tener un sentido de pertenencia. identidad.
La discapacidad infantil o las circunstancias abusivas pueden internalizarse como una autoconfianza negativa que, en última instancia, limita nuestra capacidad de confiar en nosotros mismos. Como resultado, desarrollamos una mentalidad de que para ser “perfectos” necesitamos buscar la aprobación de los demás.
Este comportamiento es muy negativo a largo plazo porque aleja a las personas de la experiencia de la vida real. Como resultado, habrá una sensación de estar perdido, de vacío y de pérdida de tiempo, precisamente porque casi nada de tu tiempo se ha utilizado para cosas que son importantes para ti.
Es decir, siempre priorizas a la otra persona por encima de tu propia personalidad. Por ello, algunas señales que pueden indicar que tu necesidad de reconocimiento es excesiva son: