Los niños deben amamantar exclusivamente hasta los seis meses de edad. A partir de ahí, es posible empezar a introducir otros alimentos, y surgen muchas dudas sobre qué ofrecer. Pensando en ello, mira ahora a que edad puede un niño consumir chocolate y otros alimentos como refrescos y embutidos.
Lea mas: Diabetes infantil: conoce más sobre esta enfermedad que afecta cada vez a más niños
vea mas
¿Secreto de la juventud? Investigadores revelan cómo revertir...
Los "poderes" de las gachas: echa un vistazo a los beneficios de la avena en...
De acuerdo a Guía alimentaria para niños brasileños menores de 2 años, formulado por el Ministerio de Salud, los niños deben comenzar a comer otros alimentos además de la leche materna (o fórmula infantil) a partir de los seis meses, excepto en algunas situaciones específicas.
En este sentido, los primeros alimentos del niño deben ser frutas, verduras, pescado, legumbres (frijoles, garbanzos), cereales (arroz, maíz, trigo), carnes y huevos. Además, aunque no se recomienda, la sal también puede formar parte de la preparación de alimentos, pero en pequeñas cantidades.
Por otro lado, los niños no deben consumir azúcar, ni alimentos que contengan azúcar en su composición, hasta los dos años. Además, los productos alimenticios industrializados también deben alejarse del patrón dietético de los niños pequeños.
Teniendo en cuenta que el chocolate es un alimento que tiene azúcar en su composición, la recomendación es que los niños no lo consuman antes de los dos años. Además, los chocolates más habituales en el mercado son ricos en grasas, lo que puede favorecer el aumento excesivo de peso y desencadenar la obesidad infantil.
La Guía Alimentaria recomienda que los niños (así como la población en general) consuman alimentos frescos y mínimamente procesados la mayor parte del tiempo. Es decir, se deben evitar en lo posible los productos industrializados, que contienen diversos aditivos químicos, sodio y grasas.
Por tanto, a partir de los dos años no se prohíbe a los niños consumir chocolates, bebidas azucaradas y alimentos procesados. Sin embargo, la ingesta de estos alimentos debe restringirse a momentos muy concretos.
La obesidad es un problema de salud crónico que cada año afecta a más personas. En ese sentido, el número de niños obesos y diabéticos (como consecuencia de la obesidad) está creciendo a un ritmo alarmante en Brasil.
Una dieta rica en alimentos grasos y azucarados, junto con la inactividad física, es la causa de la aparición de estos problemas. Por ello, cuidar la alimentación de los más pequeños es fundamental para evitar estas enfermedades y sus consecuencias, sumamente perjudiciales para la salud.