A menudo creemos que los artículos que compramos deben durar el mayor tiempo posible. Sin embargo, no es así como funciona. Dicho esto, es importante saber qué artículos en su dormitorio pueden causar enfermedades y saber la durabilidad de las cosas para que siempre tengamos un ambiente limpio e higiénico en nuestros hogares.
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Algunas cosas ya no se deben usar cuando han pasado su vida útil. Por ello, es necesario que sepamos cuándo deshacernos de ellos para preservar nuestra salud e higiene. En este sentido, revisa a continuación algunos consejos para artículos que requieren cierto cuidado en relación a la durabilidad:
La ropa de cama en general debe durar un promedio de tres años. Esto se debe a que, a medida que envejecen, las sábanas se convierten en escondites para los ácaros del polvo y las bacterias. Esto puede resultar en alergias, acné, asma, etc.
Los animales de peluche pueden acumular ácaros con gran felicidad. Si no puede deshacerse de ellos, asegúrese de lavarlos con agua caliente con frecuencia.
Con el tiempo, las almohadas pierden su forma y, en consecuencia, menos apoyo para descansar la cabeza. Por eso, para evitar que los ronquidos empeoren, los dolores de cuerpo y de cabeza, y que se acumulen ácaros y bacterias, es fundamental cambiar la almohada cada uno o dos años.
Este tiene una mayor durabilidad, de 8 a 10 años en promedio. No obstante, es bueno rotarlo de vez en cuando para que su forma no se vea afectada por el hecho de que siempre ocupa el mismo espacio de colchón. En caso de que comience a ceder o a crear algunas formas irregulares, es una señal de que debes cambiarlo.
Como cualquier zapato, las zapatillas absorben gran cantidad de impurezas y pueden convertirse en un auténtico caldo de cultivo para los microbios. De esta forma, para evitar infecciones en pies o uñas, es importante lavarlos cada dos semanas como máximo y desecharlos después de un año de uso, en promedio.
También se deben cambiar todos los años, ya que pueden acumular bacterias que obstruyen los poros de la cara y los ojos. Tal evento puede causar muchas espinillas y posiblemente infecciones oculares. Además, es importante limpiarlo una vez a la semana.
Para evitar que acumulen moho y ácaros que aumentan el riesgo de desarrollar alergias y asma, es importante cambiarlos cada tres años. Además de esto, se recomienda cambiar los filtros de los purificadores cada 3 meses para que estén siempre limpios.