Finalmente, el tan esperado fin de la tarifa extra de electricidad que estaba en vigor desde septiembre de 2021. De esta manera, las facturas de energía de los brasileños se abaratarán en los próximos meses, aunque la bandera verde solo arranca el 16 de abril. Según un anuncio del Gobierno Federal, esto significa una caída de al menos un 20% en el valor pagado por kilovatio-hora (kWh). Sin mencionar que ahora tenemos la noticia de que la peor sequía en Brasil en 91 años ha terminado y que nuestros embalses están nuevamente llenos.
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A partir del 16 de abril, la tarifa de R$ 14,20 por cada 100 kilovatios-hora (kWh) deja de existir en todo Brasil. Este valor se basó en la lista de precios de cada una de las empresas encargadas de suministrar energía en los estados.
A pesar de la postura más optimista del Ministerio de Minas y Energía y del presidente Jair Bolsonaro, la disminución de cuentas puede ser menor a lo estipulado. Al fin y al cabo, varios especialistas ya advierten que la cuenta debería ser solo un 5% o un 6% más barata, frente al 20% que se anunció.
Aunque la disminución del valor del gasto energético no ha sido tan generosa como muchos esperaban, hay motivos para celebrar. Esto se debe a que Brasil logró salir de la peor sequía de los últimos 91 años, lo que provocó que se utilizara el arancel en el territorio a nivel nacional, tanto para hacer frente a los gastos ocasionados por el fenómeno climático como para desincentivar el consumo desenfrenado.
Los informes señalaron que Brasil logró almacenar solo el 16% de la energía almacenada. Sin embargo, este año los embalses ya han conseguido alcanzar el 65% del total de almacenamiento. Así, la crisis hidráulica que nos asoló durante al menos dos años llega a su fin.