Sin duda, crear una persona es todo un desafío, más aún cuando te comprometes a hacerla ética y responsable. Dicho esto, necesito hablar sobre el problema de las palabrotas. Algo que llega tarde o temprano. Algunos padres se sorprenden por el comportamiento, así que vea las pautas sobre cómo hacer que el niño deje de maldecir.
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Convengamos en que suele ser una gran sorpresa ver a los padres toparse con sus hijos maldiciendo, pero ¿alguna vez te has detenido a pensar que este comportamiento no siempre es impredecible? Un niño que crece en un entorno en el que escucha palabrotas comprenderá sin duda que se trata de un hábito normal y apropiado.
Por otro lado, la sorpresa puede venir precisamente de darse cuenta de que el niño ha aprendido malas palabras aunque no las escuche en casa. En este caso, es importante investigar de dónde provino este hábito, pues para que tal comportamiento existiera, hubo la influencia de otra persona.
Podría ser socializar con compañeros de clase en la escuela o en un programa de televisión.
En este caso, es importante que los padres demuestren cómo este tipo de acciones no molan. Puede hacerlo a través de un diálogo honesto y accesible. Incluyendo esto debe decirse cada vez que él o ella suelta la mala palabra. Así que no dejes que este acto se naturalice.
Existen varios métodos pedagógicos y psicológicos para que los niños aprendan cualquier cosa de una manera sencilla, incluso para dejar de usar blasfemias. Considere historias educativas con libros especiales sobre este tema, videos producidos para educar, así como juegos y conversaciones serias.
También darse cuenta cuando es el momento de enseñar que todas las acciones en la vida tienen consecuencias. Para hacer esto, hable sobre cómo las palabrotas pueden lastimar a las personas, comenzando por usted y su pareja. Establezca reglas para evitar que este comportamiento se repita. Y hablando de ellos, es bueno recordar que solo funcionarán si todos en la casa, incluidos los adultos, son obedientes. Sé un ejemplo.