Contrariamente a lo que mucha gente piensa, el los tomates no se deben guardar en la heladera. Aunque se mantienen más tiempo en frío, las frutas pueden perder su sabor natural. Sin embargo, los expertos en la materia aún no sabían el motivo del cambio de sabor. ¡Entender!
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Según los especialistas, cuando se conservan en el frigorífico, los tomates pueden sufrir alteraciones en sus compuestos aromáticos. Por lo tanto, provocando que su sabor llegue distorsionado en las papilas gustativas. ¡Aprenda más sobre esto a continuación!
En primer lugar, es necesario comprender qué son los compuestos aromáticos y cómo influyen en el cambio de sabor del tomate cuando se expone al frío.
Básicamente, son los compuestos que le dan al tomate su aroma característico. Así lo explica Denise Tieman, una de las autoras del estudio publicado en la revista especializada estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
El científico también completa que, sin los aromas, no se siente buena parte del sabor de la comida, un ya que nuestro sentido del olfato es un factor fundamental en la capacidad del ser humano para gustar y apreciar alimento.
La investigación publicada en PNAS pudo explicar la verdadera razón por la cual los tomates pierden su sabor cuando se almacenan en el refrigerador: “Básicamente, cuando el tomate se enfría, se manda una orden diciendo que debe dejar de producir los compuestos aromáticos”, informa Tieman.
Así, cuando se coloca en un ambiente con menos de 20°C, el tomate pierde los genes que permiten el desarrollo de compuestos aromáticos. Efecto que se acentúa aún más a partir del tercer día en nevera.
Es más, en estudios anteriores, algunos investigadores ya habían conseguido descubrir que el frío no cambia el sabor de los tomates, sino que elimina los compuestos aromáticos. Sin embargo, lo que no se sabía es que los genes se bloquean mediante un proceso llamado “metilación”, que ocurre cuando se refrigera el tomate.
Una vez que comprenda por qué los tomates están contraindicados en el refrigerador, aprenda a almacenarlos correctamente.
Sin embargo, vale la pena señalar que después de ser refrigerado por primera vez, no es posible revertir el proceso de metilación. Además, según los autores de la investigación, el siguiente paso del estudio es poder desarrollar tomates con genes resistentes al frío.
Sin embargo, aunque esto aún no ha sucedido, existe una manera de empacar tomates sin tener que usar el refrigerador. Para ello basta con poner harina de trigo en el tallo y acomodarlos en un frutero tapado con un paño.