Diferentes factores pueden influir en nuestra percepción de los olores, ¿alguna vez has pensado en cómo sucede esto? ¿O por qué? Algunos olores son agradables y nos traen buenos recuerdos, mientras que otros son malos y muchas veces insoportables.
Además de la experiencia personal, la química de hedor puede explicar por qué hay diferentes interpretaciones de los olores. Es decir, la razón por la que algunos aromas que no nos resultan agradables son apreciados por otras personas. Sigue el artículo y descúbrelo.
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Al momento de nuestra respiración, nuestras fosas nasales captan moléculas flotantes en el aire que van a las fosas nasales, entre estas moléculas se encuentran las moléculas de olor. En la región de las cavidades nasales, las moléculas de olor se adhieren a la membrana mucosa y las neuronas sensoriales olfativas presentes en ellas conectan las moléculas. Después de esta conexión, la información del olor llega a una región del cerebro llamada corteza piriforme, parte del sistema límbico.
Las estructuras de este sistema son las responsables de la conexión entre el cerebro y las emociones, es decir, es parte fundamental para la interpretación de los olores de manera diferente por cada persona. La comunicación entre los sistemas olfativo y límbico se produce a través de 3 estructuras límbicas, a saber: la amígdala, el hipocampo y el hipotálamo. Cada uno tiene una función diferente, la amígdala se encarga de la expresión y vivencia de las emociones, mientras que el hipocampo lo hace. parte de la construcción de la memoria asociativa y, en última instancia, el hipotálamo es el sitio que controla el hambre, la sed y los ciclos circadianos.
Después del sistema límbico, la señal del olfato pasa por la corteza orbitofrontal, donde la información se une al sistema encargado del gusto. En este punto, el cerebro puede interpretar el sabor.
Todo el proceso solo termina en la neocorteza. En este lugar se considerará toda la información recibida, realizada por el cerebro un procesamiento cognitivo. Es en este punto que cada individuo almacenará de alguna manera la experiencia, porque es allí donde el cerebro creará asociaciones con ciertos olores. Dependiendo de cuándo se detectó el olor, puede tener un almacenamiento de memoria positivo o negativo. Es decir, si en el momento de la exposición al olor la persona se encontraba en un contexto positivo, probablemente el olor le agradará en otras situaciones.