Así, el problema fue combatido entre dos grupos encabezados por Antônio Feliciano de Castilho, escritor romántico, y Antero de Quental, Teófilo Braga y Vieira de Castro, estudiantes de la Universidad de Coimbra.
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En octubre de 1865, António Feliciano de Castilho se refiere, en el epílogo de la carta al poema juvenil, desde Pinheiro Chagas, hasta la escuela de Coimbrã y su falta de inteligencia y habilidad.
En oposición, estudiantes de la Universidad de Coimbra defendieron la necesidad de modernizar el literatura portuguesa que, según ellos, estaba desactualizada en términos románticos, formales y academicista
El objetivo del grupo en sus creaciones era retratar con realismo la vida del hombre y proponer una renovación
En el folleto, Quental repudió el modelo tradicional de imitar y no inventar nada. Además, criticó a quienes escribieron con bellas palabras, pero sin nada que agregar, en clara alusión a Castilho.
Así, se formaron dos grupos: por un lado, los escritores tradicionales y, por otro, los escritores modernos. La polémica se alargó durante un año e involucró a grandes escritores e investigadores de diferentes áreas, sin embargo, provocó una ruptura en la forma de construir conocimiento.
A partir de la cuestión de Coimbrã, toda la clase de pensadores portugueses se animó a repensar la tradición y crear nuevos conocimientos, iniciando la realismo, un movimiento mayor que el propio romanticismo.
Por lo tanto, nombres como Eça de Queiroz y Antero de Quental se lanzaron como grandes representantes de la realismo Portugués.
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