Llamada Fernanda, la tortuga gigante hembra de casi 100 años fue encontrada en Galápagos. La extinción de su especie fue decretada hace poco más de un siglo, pero este ejemplar vive aislado en la Isla Fernandina de Galápagos, en un lugar extremo, formado por lava. Consulte más información sobre la tortuga gigante ahora no extinta que se encuentra en las Galápagos a continuación.
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Fernanda vive aislada desde hace 100 años en un ambiente muy inhóspito: una prisión de lava en la Isla Fernandina. Incluso con la actividad volcánica constante, esta tortuga de casi un siglo sigue viva. Sin embargo, debido a la dieta limitada por el hábitat, es un poco más pequeña que las otras hembras documentadas, con una pezuña de 54 cm. A pesar de las limitaciones territoriales y nutricionales, sigue siendo el único ejemplar de su especie,
El último espécimen de la especie fue documentado por la Academia de Ciencias de California en 1906. Con el descubrimiento de Fernanda, los científicos tienen la esperanza de encontrar otra de estas tortugas. La expectativa es ubicar esta vez a un macho y otra hembra, con la intención de repoblar la isla.
Por razones biológicas, tiene que haber variabilidad genética, para que no haya cruces sucesivos entre hermanos y parientes cercanos y, con ello, surjan problemas genéticos. Por tanto, con al menos una hembra más, es posible aumentar la variedad de genes que circulan en la población.
Washington Tapia es el líder de la expedición de 7 científicos encargados de encontrar a Fernanda. Según el científico, llevaban cuatro días en una expedición a la isla. El proceso fue muy difícil, al fin y al cabo solo podían entrar a la zona oeste en helicóptero. El último día de la visita, por casualidad, fueron al coral para evaluar la vegetación.
El científico afirma que, para llegar al sitio de estudio, necesitaban cruzar un anillo de lava seca de 5 km. Al ir por ese camino, localizaron a Fernanda. Luego de eso, fue transportada al Centro de Crianza de Tortugas Gigantes, aislada por unos días y, poco a poco, introducida al medio. La Universidad de Yale reconoció su genoma y su especie, hasta entonces considerada extinta.