Una prenda bien planchada aumenta la credibilidad de quien la viste, además de transmitir una imagen de limpieza y organización que todos queremos tener. Sin embargo, no es raro que los electrodomésticos nos defrauden, en cuyo caso tendrás que planchar sin plancha.
Pero esta tarea no es difícil, ya que existen varias formas de obtener el mismo resultado que con el hierro, pero sin utilizarlo. Por eso hemos separado algunos consejos que definitivamente te harán la vida más fácil a la hora de un posible agarre.
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La forma más eficiente de soltar las fibras de la tela y alisarlas es a través del calor, por eso usamos una plancha caliente. Sin embargo, en ausencia de dicho dispositivo, puede recurrir al vapor creado por la ducha para desarrugar su ropa.
Para ello, solo tienes que colgarlos en algún lugar de tu baño para que reciban los chorros de vapor. Eso sí, ten cuidado de no dejar que tu ropa se moje y aprovecha el momento de la ducha para no desperdiciar agua.
Este método tendrá un efecto muy similar al planchado, después de todo, la sartén también está hecha de hierro. Sin embargo, es necesario calentar la sartén de antemano para que puedas lograr los resultados que deseas.
De esta forma, pon la cacerola al fuego con agua hasta la mitad y espera a que hierva el agua. Poco después, cuando baje el hervor, tira el agua con cuidado y utiliza la sartén caliente para planchar la ropa. Para ello, basta con colocar la sartén en contacto directo con la ropa y realizar movimientos similares a los que harías con una plancha.
Con la tetera, el método es similar al de la ducha, ya que el gran agente, una vez más, será el vapor de agua. Así que empieza por llenar tu tetera con abundante agua y déjala al fuego hasta que empiece a hervir.
Así, cuando esté saliendo el vapor del agua, coloca la prenda en la percha y dirige el vapor hacia el tejido de la prenda. Además, aprovecha este método más manual y cuidadoso a la hora de vaporizar las partes más abolladas.
Es un truco muy sencillo para que puedas obtener un resultado muy fácilmente. Para comenzar, coloque su ropa sobre la cama y luego coloque la toalla húmeda, no mojada ni empapada, sobre la ropa. Finalmente, solo necesitarás presionar ligeramente con la mano en movimientos verticales, como si estuvieras estirando tu ropa.