A pesar de las dificultades que aún hoy se enfrentan para ingresar y permanecer en la educación superior, una encuesta en el sitio web de Quero Bolsa muestra que, si bien El número total de nuevos ingresos a la educación superior brasileña ha aumentado en un 48% desde 2010, la entrada de estudiantes indígenas a las universidades brasileñas ha dado un gran salto más grande.
En 2010, 2.723 estudiantes de primer año que se declararon indígenas se matricularon en universidades. En 2017, último dato disponible, había 25.670, una cifra 9,4 veces superior.
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“Lo que concluimos es que este aumento está muy ligado a la política de cuotas. Necesitamos ofrecer educación para estos jóvenes y condiciones para ingresar a la enseñanza superior”, analiza el gerente de relaciones institucionales de Quero Bolsa, Rui Gonçalves.
De acuerdo con la Ley de Cuotas (Ley 12.711/12), el 50% de las vacantes en las universidades federales y las instituciones federales de educación técnica superior deben reservarse para estudiantes de escuelas públicas. Dentro de la ley, las vacantes están reservadas para negros, pardos e indígenas, según el porcentaje de estas poblaciones en las unidades federativas.
Otra política pública destacada por Gonçalves es el Programa Bolsa Permanência, que otorga asistencia financiera a estudiantes en situación de vulnerabilidad económica. La beca para indígenas es de R$ 900.
Hoy, el porcentaje de estudiantes indígenas en relación con otros estudiantes (0,68%) es mayor que el porcentaje total de indígenas en en relación a la población del país (0,43%), según el último Censo, en 2010, por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Para la coordinadora de Kanindé – Associação de Defesa Etnoambiental, Neide Bandeira, la presencia de indígenas en la educación superior trae importantes contribuciones a la sociedad.
“También es una gran ganancia para la sociedad no indígena. Traen la carga cultural, comparten conocimientos culturales. Empiezan a interactuar más con otras sociedades y ayudan a reducir los prejuicios”, dice. Además, contribuyen al desarrollo científico del país, pues “empiezan a desarrollar investigaciones propias, con perspectiva indígena”, agrega Neide.
Seringueira, Neide luchó por tener acceso a su propia educación. Dejó el pueblo donde vivía a los 12 años y se fue a Porto Velho a estudiar. El esfuerzo de la familia dio sus frutos y hoy ella está trabajando para completar su doctorado en geografía en la Universidad Federal de Rondônia. “Cuando llegué a la ciudad de Porto Velho, estaba decidido a cambiar la historia que se contaba, en la que los indios siempre se llevaban mal. Quería que fueran ganadores. Estudié para mostrar la historia desde el lado de los que fueron retratados como derrotados”.
El 19 de abril se conoce como el Día de la India. La fecha fue establecida el 2 de junio de 1943 por el entonces Presidente de la República, Getúlio Vargas. El Decreto-Ley número 5.540, que creó la celebración, se basó en el Primer Congreso Indigenista Interamericano, realizado en México en 1940. La medida se encuentra registrada en el Diario Oficial de la Federación en ese momento.