Para la formación de un buen alumno, la participación de los padres se vuelve fundamental, ya que la base familiar es la base en desarrollo infantil. El aprendizaje en la escuela es sólo una parte de todo el proceso de construcción de la ética y la moral del niño, que sin duda funciona mejor cuando hay un estímulo de los padres en el día a día.
Los educadores deben actuar como puente de comunicación entre padres e hijos, con el objetivo de integrar todas las etapas educativas, estimulando la autoestima y el gusto por aprender. En esa sociedad, el niño y el adolescente se sienten valorados y seguros en sus capacidades, reduciendo las posibilidades de posibles problemas de comportamiento.
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Un buen consejo es mantener siempre informados a los padres o tutores sobre las actitudes y comportamientos del estudiante, ya sea a través de conversaciones individuales o grupales con el reuniones de padres.
Es fundamental que la escuela conozca bien a los padres y viceversa. La reunión de padres es una excelente manera de establecer ese vínculo entre el hogar y el salón de clases.
Tú textos para reunion de padres y maestros puede ser utilizado durante estos encuentros y sin duda servirá como herramienta de sensibilización para la búsqueda de una enseñanza más integrada y eficaz.
Los niños aprenden lo que viven
Si los niños viven con la crítica, aprenderán a condenar.
Si los niños viven con hostilidad, aprenderán a pelear.
Si los niños viven siendo ridiculizados, se volverán tímidos.
Si los niños viven con vergüenza, aprenderán la culpa.
Si los niños viven donde hay ánimo, aprenderán confianza.
Si los niños viven donde existe la tolerancia, aprenderán a ser pacientes.
Si los niños viven donde hay elogios, aprenderán a apreciar.
Si los niños viven donde hay aceptación, aprenderán a amar.
Si los niños viven donde hay aprobación, aprenderán a quererse a sí mismos.
.Si los niños viven donde hay honestidad, aprenderán la veracidad.
Si los niños viven seguros, aprenderán a creer en sí mismos y en quienes los rodean.
Si los niños viven en un ambiente amigable, aprenderán que el mundo es un buen lugar para vivir.
(Dorothy Ley Nolt)¿Y tu? ¿Qué le estás enseñando a tu hijo? ¿Reflexionamos?
sembrando grano
Se cuida la semilla, observando el suelo donde se sembrará.
La semilla se cuida aflojando la tierra, depositándola lentamente en el suelo, como depositando allí un tesoro.
Se cuida la semilla, rodeándola de toda la atención necesaria para la germinación...
Luego se cuida la plántula, para que cuando crezca dé flores que encanten a los observadores más exigentes...
Cuida la planta con flores, para que sus frutos sean tiernos, sabrosos...
También se cuida que el fruto tenga en su interior la continuidad de la vida:
LA SEMILLA.
Así que seamos semillas cuando queramos perpetuar
lo mejor de nosotros.
Seamos flores, cuando y donde estemos y se necesite el perfume del optimismo y del encanto.
Seamos fructíferos cuando encontremos a otro ser humano necesitado de atención y cariño, alimentándolo con nuestra presencia amiga.
Seamos, pues, seres humanos en todos los sentidos para que nuestra simple presencia pueda hacer brotar en cada afligido la posibilidad de una salida;
en todo pesimista la esperanza dormida; en cada uno el don de ser cada día más feliz.
Alseni das Chagas Vieira Lima
El nudo del cariño
Fue una reunión en una escuela. El director animó a los padres a apoyar a los niños, hablando de la necesidad de su presencia con sus hijos. Aún sabiendo que la mayoría de los padres y madres trabajaban fuera del hogar, estaba convencida de la necesidad de encontrar tiempo para sus hijos.
Fue entonces cuando un padre, a su manera sencilla, explicó que salió tan temprano de casa, que su hijo aún dormía y que, cuando regresó, el pequeño, cansado, ya se había dormido. Explicó que no podía dejar de trabajar tanto, ya que cada vez era más difícil mantener a su familia. Y contó cómo le generaba ansiedad, por estar prácticamente solo con su hijo los fines de semana.
El padre luego habló de cómo trató de redimirse yendo a besar al niño todas las noches cuando llegaba a casa. Dijo que con cada beso hacía un pequeño nudo en la sábana, para que su hijo supiera que él había estado allí. Cuando despertó, el niño supo que su padre lo amaba y había estado allí. Y el nudo era el medio para unirse entre sí.
Esa historia conmovió al director de la escuela, quien, sorprendido, encontró en ese niño uno de los mejores y más equilibrados alumnos de la clase. Y la hizo reflexionar sobre las infinitas formas que tienen padres e hijos para comunicarse, para hacerse presentes en la vida del otro. El padre encontró su forma sencilla pero eficaz de hacerse presente y, lo más importante, de hacer creer a su hijo en su presencia.
Para que se produzca la comunicación, los niños necesitan 'escuchar' el corazón de sus padres o tutores, ya que los sentimientos hablan más que las palabras. Es por eso que un beso, un abrazo, una caricia, revestidos de puro cariño, curan hasta los dolores de cabeza, los rasguños, los celos del hermano, el miedo a la oscuridad, etc.
Un niño puede no entender ciertas palabras, pero sabe registrar y registrar un gesto de amor, aunque sea un simple nudo.
¿Y tu? ¿Has estado haciendo un nudo en la sábana de tu hijo?
eloi zanetti
Padres brillantes
-Llora con tus hijos y abrázalos. Esto es más importante que darles fortunas o darles montañas de críticas.
– No formen héroes, sino seres humanos que conozcan sus límites y su fuerza.- Hagan de cada lágrima una oportunidad de crecimiento.
– Anime a su hijo a establecer metas.
– Recuerda: hablar es hablar del mundo que nos rodea.
– Dialogar es hablar del mundo que somos.
– Abrazarse, besarse, hablarse espontáneamente.
– Contar historias.- Sembrar ideas.
– Decir no sin miedo.- No ceder al chantaje.- Se necesita paciencia para educar.
augusto curi
Pautas generales para el correcto desarrollo en la realización de los deberes
- Contar con un lugar bien ventilado, ventilado e iluminado.
- Utilice una mesa y una silla compatibles con la altura del niño: los pies deben llegar al suelo o tener un apoyo para descansar.
- Anime a su hijo a hacer la lección en una postura adecuada: siéntese en una silla, siempre con la columna erguida y pies apoyados (evitar posturas corporales tumbadas en el suelo, en el sofá o inclinadas sobre la mesa).
- Proporcionar un ambiente reservado: silencio, TV y sonido apagados, sin movimiento ni conversaciones de personas cercanas, para no distraer la atención del niño.
- Crear un horario fijo para la realización de los deberes (organización del tiempo, incorporado a la rutina), si es posible, respetando el “reloj biológico” del niño, es decir, el momento en que mentalmente está más dispuesto a realizar más.
- Mantener el material necesario organizado (lápiz, papel, tijeras, pegamento, revistas, etc.) y cerca del niño, evitando pérdidas de tiempo y concentración para encontrarlo.
- Reserva los fines de semana para el ocio de tus hijos con amigos y familiares.
Los diez mandamientos de los buenos padres estudiantes
- Ve a la escuela como un aliado y no como un oponente;
- La mayor parte del tiempo está a favor de las decisiones que toma la escuela y las apoya porque sabe que eligió cuidadosamente la escuela para cuidar a su hijo, en fin, no critica sin escuchar primero a la escuela;
- No siente lástima por los niños cuando tienen quehaceres, investigaciones o estudios que hacer; sabe que estudiar, como trabajar, sólo es bueno para los niños y jóvenes;
- Supervisa el trabajo y el estudio del hijo, pero no hace las tareas por él, solo orienta, mira la agenda escolar para estar al tanto, en el día a día, de las comunicaciones enviadas por la escuela;
- Sabe diferenciar claramente situaciones en las que los resultados positivos en la escuela son fruto del esfuerzo o cuando los negativos están relacionados con la falta de dedicación de los niños;
- Anima a los niños con palabras y gestos de cariño, aliento y comprensión, incluso cuando no toman notas excelentes, pues percibe cuando lo han dado todo y cuando no han hecho la parte que les fue asignada. encaja;
- Provee lo necesario para que los niños superen las dificultades que eventualmente se presenten en la vida de los estudiantes, sin embargo, sin rendirse, estigmatizar a los niños o culpar inmediatamente a la escuela;
- No facilita ni permite ausencias, retrasos o “suspensión” de clases o ausencias en días escolares sin una razón absolutamente justa;
- Sigue y hace que los niños sigan las normas escolares, nunca fomentando o deseando reglas especiales para su hijo, que reconoce como iguales a los demás. niños, con derechos y deberes, en definitiva, sin “presionar” a la escuela para que cambie sus supuestos y actúe de acuerdo con lo que considere de interés personal;
- No presiona a la escuela o a cierto maestro cuando sucede algo inesperado, sino que analiza la situación real, porque una buena escuela nunca quiere cometer errores y sabe que una buena educación escolar es el mejor aliado de la familia en la formación de niños honestos, productivos y exitoso.
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