Con el fin de proteger a otros asegurados y evitar que alguien comience a cotizar a la Seguridad Social solo cuando necesita acceder a alguna prestación, se creó el período de carencia. En este sentido, entérate de cómo funciona esta determinación del INSS y cómo puede afectar la percepción de tu prestación.
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El período de carencia es el número mínimo de meses en los que la persona debe haber cotizado antes de tener derecho a las ayudas del INSS. Sin embargo, el período de carencia varía de un beneficio a otro, existiendo algunos beneficios y/o asegurados libres de este requisito.
Para entenderlo mejor, funciona de la siguiente manera: en el caso de empleados, trabajadores autónomos o contribuyentes personas físicas que presten servicios a empresas, el plazo de carencia se contará desde el primer día del mes en que se inició Su afiliación. Ahí es cuando empezaron a trabajar, ya que es la empresa la que les paga.
En cuanto a los contribuyentes facultativos, personas físicas que no prestan servicios a empresas o asegurados especiales, el cómputo comienza cuando el contribuyente paga puntualmente por primera vez al INSS. Esto quiere decir que no depende de la fecha de inicio de actividades profesionales, sino que está ligado al pago de la Guía de la Seguridad Social.
En cuanto a los períodos de carencia, varían de 10 a 180 aportes, es decir, de 10 a 180 meses. Sin embargo, como se ha dicho anteriormente, hay algunas situaciones en las que el asegurado no tendrá un período de carencia. Entonces, mira algunos ejemplos.
Los siguientes beneficios son gratuitos:
Además, los asegurados especiales están exentos del período de carencia para todas las prestaciones, con excepción de la jubilación por tiempo de cotización.