En los últimos años, la educación a distancia (EAD) ha crecido significativamente. En una década, el número de matrículas en cursos a distancia aumentó en casi un 45%. Con eso, los gobiernos de Michel Temer y Bolsonaro permitieron que esta modalidad participe de la carga de trabajo de los cursos presenciales.
Sin embargo, la situación parece tomar un rumbo diferente, ya que el nuevo presidente del Consejo Nacional de Educación (CNE) no aprueba la DAE en cursos presenciales.
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Revocación de la medida que libera a los colegios para cubrir parte de su carga laboral con la educación a distancia
Debido al intenso crecimiento de la educación a distancia en el país, la modalidad comenzó a ganar cada vez más espacio en el mundo académico. En 2018, la entonces ministra de Educación Rossieli Soares dio a conocer la participación de la EAD en la carga horaria de cursos presenciales en un 20%.
En consecuencia, la modalidad se amplió aún más, haciendo que, en 2019, la participación tuviera el límite del 40%, determinado por el ministro Abraham Weintraub.
Sin embargo, algunos factores influyeron en que la educación a distancia no tuviera todo este espacio en las modalidades presenciales. El presidente del CNE y sociólogo, Luiz Curi, cuestionó la medida actual y dijo que no estaba de acuerdo con este comunicado.
Según Luiz Curi, liberar la educación a distancia para cursos presenciales significa educación en el hogar. Es decir, para el presidente del CNE, la metodología la enseñanza presencial se ve obstaculizada con el aprendizaje a distancia en medio de ella, provocando que los estudiantes se alejen físicamente cada vez más de las instituciones educativas.
Con ello, el organismo trabaja en una nueva resolución que pretende recuperar el prestigio de la modalidad presencial.
Como la nueva medida promete ir en contra de la actual, la propuesta es mantener las actividades educativas de cursos híbridos (presenciales y a distancia) en los espacios físicos de las instituciones. Por lo tanto, tanto los estudiantes como los profesores deberán permanecer en las universidades y realizar todas y cada una de las actividades 100% físicamente.
Sin embargo, esto no significa no utilizar la tecnología, sino todo lo contrario. La nueva resolución promete conciliar la tecnología con las nuevas prácticas pedagógicas, aumentando la calidad de la enseñanza.