alex barba es profesor en el sur de Londres. Angustiado por el estancamiento de la profesión, fue en busca de ideas alternativas para su obra.
En vista de esto, viajó a más de 20 países, visitó escuelas y mejoró herramientas y métodos innovadores para la desafiadorEnseñanza del siglo XXI.
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El libro Aprendices natos es el resultado de ese viaje. En él, Beard acopló ejemplos notorios y reflexionó sobre los principales problemas que enfrentará el campo de la educación en las próximas décadas.
“La creatividad, la capacidad de resolución de problemas y la importancia de los docentes son los grandes retos de las escuelas. Y todo ello en medio de la gran incógnita de cómo hacer frente a las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial”, subrayó.
Vea a continuación la posición del profesor londinense en entrevista con BBC News Mundo, con motivo del Hay Festival, en Cartagena, Colombia.
Al dar clases en una escuela en el sur de Londres, en Kent Road, Alex Beard observó que cometió el error de adoptar métodos obsoletos en el proceso de enseñanza, siendo este el primero de ellos.
“Me di cuenta de que estaba aplicando los métodos que usó Sócrates en el ágora, hace unos 2.000 años, para enseñar a los niños que tenían teléfonos celulares y vivían en el futuro”, dijo.
El segundo desafío versa sobre el enfoque que debe dar el campo de la educación en relación al futuro. Así, el maestro en el salón de clases termina enseñando a los niños cómo pasar una prueba.
Los profesores necesitan autonomía y profesionalidad. No se les puede culpar por capacitar a los jóvenes para que se desempeñen por debajo de las expectativas.
“Creo que debemos transformar al maestro en una de las personas más importantes de la sociedad. Porque, al fin y al cabo, son ellos quienes darán forma a nuestra creatividad, a nuestra cohesión social, quienes sentarán las bases que lleven a crear una economía fuerte y sostenible”, ha subrayado Alex Beard.
En resumen, Alex Beard argumenta que los niños necesitan tres cosas. “Lo primero es aprender a pensar, pero de forma coherente con los retos del futuro”. Aquí entra la criticidad y el papel que aspiran jugar en el mundo.
“Lo segundo es aprender a actuar, pero sobre todo a ser personas creativas”. Ante numerosos retos, como los ambientales y sociales, es necesario que desarrollen la creatividad y aprendan a trabajar con la ayuda de las nuevas tecnologías.
“Y el tercero es aplicar esta creatividad en la solución de los problemas que presenta el mundo moderno”. Esto, con el fin de cuidar de sí mismos y de sus allegados, trabajando principalmente la inteligencia emocional y la empatía.
En el libro aprendices natos se discute el papel de la educación en ayudar a buscar “el sentido de las cosas que estamos haciendo”.
De esta forma, algunas cosas han cambiado la forma de entender la educación, a través de investigaciones realizadas por la psicología, el desarrollo temprano e incluso la neurociencia.
Frente a esto, los científicos cognitivos han concluido que existe una jerarquía de experiencias, cuyos resultados conducen al aprendizaje.
La insistencia en la repetición y la memorización provocan una reacción emocional, “es decir, te hacen sentir emocionado, triste, confundido, etc., puede retener más conocimiento que a través de ‘decoreba’”, subrayó.
O sentido de la enseñanza puede estar ligado a la ejecución de un trabajo y una profesión que quiere seguir, pero para Beard esta es una visión muy limitada del aprendizaje.
“Algo puede tener mucho sentido para ti porque es algo que te encanta hacer. Te importa como persona”.
Entonces, si te gusta la música, las matemáticas, los idiomas y empiezas a estudiar las cosas que te apasionan, tienen un significado para ti, por tu identidad y forma de expresarte.
Una de las razones por las que el profesor londinense decidió realizar el viaje fue por su reflexión sobre el dominio de las nuevas tecnologías, las redes sociales y la aparición de grandes datos (análisis de volúmenes de datos de uso de internet) entre todas las áreas.
La intención era entender cómo se pueden aplicar las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial en la enseñanza. No por casualidad, el primer destino fue Silicon Valley.
“Allí, vi por primera vez a un maestro robot. Y no era un androide frente a un salón de clases: era, de hecho, un software de inteligencia artificial dentro de un entorno de aprendizaje en Internet”, comentó.
Había un laboratorio con una maestra y aproximadamente diez niños de cinco años frente a una computadora con auriculares puestos.
De la misma forma que el programa ayudaba a los alumnos, también podía percibir los puntos fuertes y débiles de cada uno de ellos, adaptando automáticamente las lecciones. Al final, idearía un programa de aprendizaje personificado y se lo pasaría a los maestros.
“Otro ejemplo: en 2013, un estudio de la Oxford Martin School reveló que 700 profesiones podrían ser reemplazadas por robots en el futuro, pero ninguna de ellas Los trabajos relacionados con la enseñanza, es decir, maestros de escuela primaria, preescolar, secundaria e incluso universitarios, estaban con los días. contado Y es verdad. Esto sucede porque la enseñanza es definitivamente un proceso humano”, destacó el profesor.
Aunque existan la inteligencia artificial o los robots, la la educación carece de interacción humana. Las personas aprenden naturalmente, pero nacieron para aprender en sociedad. En el futuro habrá muchos desarrollos tecnológicos, pero serán integrados por los docentes.
El riesgo es que la inteligencia artificial sea mejor que los peores profesores en algunas partes del mundo. Además, está la cuestión de que la inteligencia artificial sea barata, aunque no sea superior a la educación que puede ofrecer un profesor.
Sin embargo, como dice Beard, esta es una visión pesimista del futuro. El punto esencial es invertir en los docentes, en su formación, resultando en profesionales especializados capaces de manejar las herramientas tecnológicas.
“Creo, ante todo, que la enseñanza será el trabajo más importante del siglo XXI. Vivimos en una era en la que los recursos de la Tierra se están acabando, nos estamos quedando sin nada”, destacó.
Por lo tanto, lo único que es ilimitado es la inteligencia humana, el ingenio y la capacidad de resolución de problemas. Sin embargo, son los docentes los que fomentan este potencial humano, por lo que será la obra más importante del siglo.
“En mi mundo ideal, formaría a los profesores de la misma manera que a los médicos. Es decir, los docentes se graduarían de la universidad y luego pasarían tres años compaginando la docencia con los conocimientos de otros docentes con más experiencia”, explicó.
Así, los profesores no solo replicarían lo aprendido en la universidad, sino que desarrollarían el trabajo junto con otro profesor, mejorando sus conocimientos.
O mayor reto educativo en América Latina es la desigualdad, comparando el nivel más alto con el más bajo. Esta desigualdad, que es aún más clara entre los centros urbanos y las zonas rurales, requiere una atención integral y urgente.
Otro desafío potencial es el democratización del acceso a la educación es una educación de calidad.
Finalmente, el tercer y más crítico punto son los docentes. “Tenemos que solucionar los problemas de formación, pero no sólo eso, de formación, de promoción de la profesión, para que no cambien las aulas por trabajos mejor remunerados”, advirtió.
Otro de los desafíos que enfrenta América Latina es la dificultad, o casi imposibilidad, de la población de algunas regiones para acceder a los centros urbanos.
Ante esto, es necesario crear nuevos modelos para que los niños y jóvenes puedan tener una educación de calidad en lugares donde el docente no puede llegar.
“Y el ejemplo de academia Khan es muy bueno porque logra utilizar adecuadamente las nuevas tecnologías para crear proyectos de educación a distancia, que funcionan muy bien y pueden contribuir al buen desempeño de los estudiantes”, comentó.
“Vamos hacia una sociedad que comparte sus ideas, a partir de una fuente de conocimiento irrestricta”, comentó.
Para el docente, uno de los mayores problemas del actual sistema educativo es propiciar una competencia continua entre los alumnos. Esta práctica crea un ambiente cerrado, con poca creatividad y falta de colaboración, elementos que deberían ser fundamentales para el mundo.
Visualizamos desafíos que solo se pueden superar a través de la colaboración y la imaginación humana. Por lo tanto, es necesario contar con profesionales capaces de desarrollar una inteligencia colectiva, además de la inteligencia individual.
“Hay varios estudios muy serios que demuestran la eficacia de los sistemas abiertos, donde se fomenta la creatividad, donde se generan más ideas. Y esto es lo que la propia naturaleza nos enseña: a medida que un animal crece, logra ser mucho más eficiente a la hora de realizar y canalizar la energía que necesita para sobrevivir”, dijo.
*Con información de BBC News Mundo
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