Puede que hayas oído la palabra ciudadanía, ¿bien? ¿Pero sabes lo que es? Ciudadanía es una expresión que proviene del latín civitas, que significa “ciudad”.
En resumen, el término es intrínseco al sentido de pertenencia del individuo a una comunidad articulada con fines políticos.
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Este es el ejemplo de un país, Brasil, que describe una agrupación de derechos y obligaciones a través de una constitución, la Constitución de 1988.
A origen de la ciudadanía sería remoto para Grecia antigua, cuando solo las personas nacidas en suelo griego eran consideradas ciudadanos.
Incluso, durante mucho tiempo, los extranjeros y las mujeres no tenían derecho al régimen de democracia, sin derecho a voto.
Los derechos a la vida, a la igualdad, a la libertad, a la propiedad, tampoco fueron otorgados a todos, y aún no lo son. Mucha gente vive en la calle, sin las condiciones mínimas de alimentación, sin plazas de camas en los hospitales y sin lo básico, como el acceso al agua.
La visibilidad no es común a todos, especialmente en un contexto marcado por tantos conflictos sociales, étnicos, económicos y políticos. Así, la ciudadanía permanece en un proceso evolutivo, siendo una meta a alcanzar.
Desde una perspectiva legal, ciudadano es quien goza de sus derechos civiles, políticos y sociales. Por tanto, ciudadanía sería la cualidad de ser ciudadano, alguien con derechos y deberes en el contexto social.
La aplicabilidad de la ciudadanía es sumamente importante para que la organización social se lleve a cabo más cerca de la equidad.
De esta forma, las personas serían conscientes de sus derechos, así como de sus obligaciones, esforzándose por que ambos se pongan en práctica.
Tú ciudadanos y el estado tienen funciones afines. Por un lado, los ciudadanos son parte de la creación del Estado, siendo sujetos del pacto que los fundó, la Constitución Federal de 1988. Así, siendo el Estado de los propios ciudadanos, les corresponde cuidar, fiscalizar y regular el poder público.
En otro sesgo, los agentes estatales tienen atribuciones de servidores públicos, ejerciendo sus funciones a través de cuatro pilares: legalidad, impersonalidad, moralidad y publicidad. Así, el equilibrio entre el Estado y los ciudadanos es la búsqueda diaria de la evolución de la ciudadanía plena.
Sin embargo, el concepto de ciudadanía no es sólo un deber del Estado. De hecho, comprende aún más la responsabilidad del ciudadano, a fin de asignar el bien común como el mayor supuesto en sus prácticas cotidianas.
Desde la perspectiva de los derechos comunes, ¿son los derechos humanos, independientemente de su etnia, idioma, nacionalidad, religión, raza, sexo o cualquier otra condición.
A fin de lograr una norma común para todos los pueblos y naciones, la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH).
Traducido a más de 500 idiomas, que abarcan diferentes regiones del mundo y orígenes culturales, el documento fue proclamado el 10 de diciembre de 1948.
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