Durante mucho tiempo, el sector energético funcionó sin muchas aperturas, de forma lineal, siguiendo el mismo patrón: generación, transmisión, distribución y consumidor final. Sin embargo, este escenario salió de su inercia, transformándose.
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Este cambio se dio gracias al modelo Energy as a Service (EaaS), un sistema que permite al cliente no invertir en una infraestructura para generación de energía, valorando la circularidad, así como las fuentes renovables y la autonomía del consumidor en relación con su propia generación de energía.
La realidad es que “distintos jugadores” pueden beneficiarse de este nuevo modelo. Según Deloitte, empresa global de consultoría y auditoría, este modelo depende de una serie de factores para alcanzar la madurez. “Estamos en las primeras etapas de este escenario. Las empresas que se asocien y colaboren entre sí se beneficiarán antes y avanzarán en términos competitivos”, dice un estudio publicado en 2019.
Desde el punto de vista de los consumidores empresariales, este modelo permite a las organizaciones comprar energía de forma más barata y mucho menos contaminante, sin necesidad de grandes inversiones en infraestructura y equipamiento generadores Esto se debe a que EaaS hace uso de arreglos tradicionales que logran reconciliarse con nuevos modelos alternativos, diseñados de acuerdo con las necesidades específicas de cada organización.
Además, estos resultados se pueden traducir en números significativamente expresivos. Por ejemplo, la Universidad Estatal de Ohio estima que logrará una mejora del 25 % en la eficiencia energética en su propio campus dentro de los primeros diez años del contrato de arrendamiento.
Geógrafo y pseudoescritor (o no), tengo 23 años, soy de Rio Grande do Sul, amante del séptimo arte y todo lo que implica comunicación.