Todos bostezan. Incluso nuestras mascotas. Los científicos que estudian este reflejo han propuesto varias razones para el fenómeno. En los humanos, el bostezo parece estar causado tanto por factores fisiológicos como psicológicos.
Físicamente, bostezar implica abrir la boca, inhalar aire, abrir la mandíbula, estirar los tímpanos y exhalar. Puede desencadenarse por fatiga, aburrimiento, estrés o ver a alguien bostezar.
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Como reflejo, el bostezo implica una interacción de neurotransmisores asociados con el cansancio, el apetito, la tensión y las emociones. Estos productos químicos incluyen óxido nítrico, serotonina, dopamina y ácido glutámico.
Los científicos saben que ciertas condiciones médicas (por ejemplo, esclerosis múltiple, accidente cerebrovascular parálisis cerebral y diabetes) alteran la frecuencia de los bostezos y los niveles de cortisol en la saliva después de bostezar.
Debido a que bostezar es una cuestión de neuroquímica, existen varias razones posibles por las que puede ocurrir. En los animales, algunas de estas razones se entienden fácilmente. Por ejemplo, las serpientes bostezan para realinear sus mandíbulas después de comer y para ayudarlas a respirar.
Los peces bostezan cuando su agua no tiene suficiente oxígeno. Determinar por qué los humanos bostezan es más difícil de precisar. A medida que aumentan los niveles de cortisol después de bostezar, esto puede aumentar el estado de alerta y señalar la necesidad de actuar.
Los psicólogos Andrew Gallup y Gordon Gallup creen que bostezar ayuda a mejorar el flujo de sangre al cerebro. La premisa es que estirar la mandíbula aumenta el flujo de sangre a la cara, la cabeza y cuello, mientras que la respiración profunda de un bostezo hace que la sangre y el líquido cefalorraquídeo fluyan hacia bajo. Esta base física para bostezar puede explicar por qué las personas bostezan cuando están ansiosas o estresadas. Los paracaidistas bostezan antes de salir del avión.
La investigación de Gallup también indicó que bostezar ayuda a enfriar el cerebro, mientras que el aire inhalado más frío enfría la sangre forzada a fluir durante el bostezo. Los estudios de Gallup incluyeron experimentos con periquitos, ratas y humanos.
El equipo descubrió que las personas bostezan más cuando la temperatura es más baja. Los cerebros de las ratas se enfriaron un poco cuando los animales bostezaron.
Hasta la fecha, se han propuesto más de 20 razones psicológicas para bostezar. Sin embargo, hay poco acuerdo en la comunidad científica sobre qué hipótesis son correctas.
Bostezar puede cumplir una función social, particularmente como instinto de rebaño. En humanos y otros vertebrados, el bostezo es contagioso. Bostezar en cautiverio puede comunicar fatiga a los miembros de un grupo, ayudando a las personas y otros animales a sincronizar los patrones de vigilia y sueño.
Alternativamente, podría ser un instinto de supervivencia. La teoría, según Gordon Gallup, es que el bostezo contagioso puede ayudar a los miembros de un grupo a estar más alerta para que puedan detectar y defenderse de los atacantes o depredadores.
En su libro La expresión de las emociones en el hombre y los animales, Charles Darwin observó a los babuinos bostezando para amenazar a los enemigos. Se ha informado un comportamiento similar en peces y cobayos. En el otro extremo del espectro, los pingüinos Adelia bostezan como parte de su ritual de cortejo.
Un estudio realizado por Alessia Leone y su equipo sugiere que existen diferentes tipos de bostezos para transmitir información diferente (por ejemplo, empatía o ansiedad) en un contexto social. La investigación de Leone involucró a un tipo de simio llamado Gelada, pero es posible que los bostezos humanos también varíen según su función.
Está claro que el bostezo es causado por factores fisiológicos. Las fluctuaciones en los niveles de neurotransmisores provocan un bostezo. Los beneficios biológicos de bostezar son claros en algunas otras especies, pero no tan obvios en los humanos.
Como mínimo, bostezar aumenta rápidamente el estado de alerta. En los animales, el aspecto social del bostezo está bien documentado. Si bien el bostezo es contagioso en los humanos, los investigadores aún tienen que determinar si la psicología del bostezo es un remanente de la evolución humana o si todavía cumple una función psicológica en la actualidad.