Cristiane Nunes, de 42 años, obtuvo su diploma de educación superior en la noche del lunes (13) con su hijo, Lucas Nunes, de 22 años. Eran compañeros del curso de publicidad en la unidad universitaria Anhanguera en la ciudad de Jacareí (SP).
El deseo de volver a la escuela surgió cuando Cristiane ayudó a Lucas a elegir una carrera. Durante la investigación, también se interesó por la profesión de la publicidad.
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Sin embargo, fue el destino lo que hizo que madre e hijo terminaran estudiando en la misma habitación, “Debido a la mi rutina, el trabajo y también el cuidado de mi hijo menor, me matriculé para estudiar mañana. Lucas se inscribió para el período de la noche. Como la clase no cerraba en la mañana, terminé teniendo que estudiar con mi hijo”, dijo la mujer en un reportaje para G1.
Cristiane recuerda el día que le dijo a su hijo que estudiarían juntos. Para ella, Lucas no parecía emocionado, pero apoyaba a su madre. Por eso, Cristiane sugirió que hicieran como si no se conocieran. Tenía miedo de que el niño fuera objeto de bromas por estar con su madre en la escuela.
“Acordamos fingir que no nos conocíamos, pero en menos de dos meses terminó olvidándose y llamándome mamá frente a sus compañeros. Fue muy gracioso porque nadie lo sabía. El personal de sala se sorprendió, pero a todos les gustó la noticia y nos siguieron tratando bien”, dijo la madre.
Lucas dice que, contrariamente al miedo de Cristiane, nunca se avergonzó de su madre. Para él, compartir la rutina de estudio con ella los acercó aún más. “Siempre hemos tenido una relación muy estrecha y, con el trabajo de la facultad, los proyectos, uno ayudaba al otro a entender las materias, todo eso nos acercaba aún más”, dijo.
Según Cristiane, incluso cuando un maestro estaba ausente o la clase terminaba temprano, los dos nunca se soltaban. “Salíamos juntos con el grupo a almorzar, ir al cine. Siempre fue muy divertido y cariñoso conmigo. En la universidad siguió actuando de la misma manera”, dijo con orgullo.
En el salón de clases, además de ayudarse entre ellos, tenían una sana competencia para ver quién sacaba las mejores notas. “La gente bromeaba diciendo que cuando me iba bien engañaba a mi mamá, pero los dos estábamos muy interesados en los temas, nos iba bien en casi todo”, dijo Lucas.
Sobre la doble emoción de ver graduarse a su madre y también graduarse el mismo día, Lucas dice que es una de las mejores emociones de la vida. “Es muy gratificante. Ella es la primera hija de mi abuela en graduarse. Es un orgullo que no tiene tamaño”, dijo.
(Fuente: G1 News en colaboración con Alice Aires)
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