En algunas situaciones, los médicos se ven obligados a tomar decisiones poco ortodoxas para salvar la vida de alguien. Así le sucedió al joven británico Ibrahim Abdulrauf, de 22 años, diagnosticado con cáncer hueso: tenía el pie suturado hacia atrás.
Esta historia comienza en 2015, cuando Ibrahim tenía 14 años. Durante un partido de fútbol con su hermano, el joven recibió un golpe tan fuerte que lo tiró al suelo. Esperaba recuperarse al día siguiente, pero esto no sucedió.
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“Sentí que estaba recibiendo descargas eléctricas en la pierna y no podía poner ningún peso sobre ella”, recordó al New York Post. También dijo que su madre, al principio, no creía que tuviera dolor. "Ella pensó que estaba inventando excusas para no ir a la escuela".
En el hospital, le diagnosticaron osteomielitis. Abdulrauf incluso ingresó en la institución de salud para tratar el problema de salud, pero no mejoró, ni siquiera con antibióticos y otros tratamientos para la enfermedad del primer diagnóstico.
“No estaba mejorando. Mi dolor empeoraba y tenía un gran bulto en la pierna. Pensaron que podría ser una ampolla o un quiste”, dijo.
A su regreso, Ibrahim fue remitido al Royal Orthopaedic Hospital de Birmingham, una ciudad de Inglaterra. En ese momento le diagnosticaron cáncer de huesos. Pero la amputación del pie -y su sutura al revés- solo vendría después de un tiempo.
Antes de eso, el niño se sometió a un tratamiento de quimioterapia por seis meses. Como no se logró la eficacia esperada, los médicos decidieron amputarle parte de la pierna. Sin esto, el cáncer podría diseminarse a otros órganos del cuerpo.
Se pensó que la elección de suturar el pie al revés facilitaría a Ibrahim el uso de la prótesis y el movimiento de la rodilla. “Así puedo usar mi propia pierna y mis propios nervios”, explicó el joven.
Ibrahim dijo que no tenía idea de que le coserían el pie hacia atrás en la pierna.
“Pensé que iba a ser algo parecido a Frankenstein”, recordó. “Después de la cirugía, me desperté completamente desnudo. No sabía si me habían operado o no. Levanté la sábana y no podía creer lo que estaba viendo. Tenía una pierna cuando me desmayé y me desperté con el pie al revés”.
Después de la cirugía, el joven tuvo que someterse a otros cinco meses de quimioterapia. “Pensé que me iba a morir”, informó. Pero al final, todo salió bien, afortunadamente.
Con la rehabilitación, Ibrahim ahora puede practicar deportes, bailar y llevar una vida independiente.
Graduada en Comunicación Social en la Universidad Federal de Goiás. Apasionado por los medios digitales, la cultura pop, la tecnología, la política y el psicoanálisis.