Hacia reuniones de padres son extremadamente importantes para alinear las expectativas entre padres, estudiantes y maestros. Por lo tanto, si estas reuniones se realizan de manera regular, será más fácil lograr los objetivos.
Además, es fundamental para la transparencia de la escuela. Cabe recordar que a partir de estos encuentros presenciales los padres podrán entender las decisiones del colegio, conocer el día a día de los alumnos, aclarar dudas sobre metodologías, entre otros.
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Niños autónomos, niños felices
Niños autónomos, niños felices. Los padres crean hijos autónomos cuando les enseñan lo que hay que hacer, en la forma que ellos creen correcta, capacitándolos para la vida y no abandonándolos a su suerte. No hay necesidad de preocuparse por cuándo soltarlos, ya que caminarán sobre sus propios pies para hacer todo lo que se les enseñó. A la hora de cargar, comprueba lo asimilado y completa con las pautas que creas que faltaban. Sin embargo, ten esto en cuenta: la base para desarrollar la autonomía es enseñar a tus hijos los valores que crees que son correctos y establecer las reglas adecuadas. Y también deja claro lo que esperas de ellos. Los padres capaces de educar a sus hijos saben darles responsabilidad, saben hasta dónde pueden exigirles, y no exigen más ni menos que eso; no se extrapolan ni se omiten y tienen autoridad para imponer la disciplina necesaria. Si quiere ser un buen padre, debe y puede aprender a hacer todas estas cosas. Una pareja se forma en la tarea de ser padre y madre a través de mucho diálogo, mucho interés, mucha paciencia y determinación. El resultado siempre vale la pena. Los padres tienen que tener autoridad. Se conquista con respeto, posicionamiento, valor y determinación. Los niños reconocen a alguien con autoridad y obedecen el comando de voz. Dejar a los niños libres para hacer lo que quieran los vuelve inseguros, sin rumbo e infelices. Si no hay quien los guíe y controle, los niños, en general, están perdidos, no saben qué hacer. Cuando esto sucede, se abre el camino que posiblemente lleve a sus hijos a convertirse en niños problema. La biblia dice que nuestros hijos son como flechas en la mano del arquero. Necesitas saber dónde los tiras, porque si los lanzas al azar, sin apuntar, acabarán en cualquier parte y, en general, nunca irán a donde te gustaría.
(Cris Poli – Una Súper Nani)
el nudo del cariño
Fue una reunión en una escuela. El director animó a los padres a apoyar a los niños, hablando de la necesidad de su presencia con sus hijos. Aún sabiendo que la mayoría de los padres y madres trabajaban fuera del hogar, estaba convencida de la necesidad de encontrar tiempo para sus hijos.
Fue entonces cuando un padre, a su manera sencilla, explicó que salió tan temprano de casa, que su hijo aún dormía y que, cuando regresó, el pequeño, cansado, ya se había dormido. Explicó que no podía dejar de trabajar tanto, ya que cada vez era más difícil mantener a su familia. Y contó cómo le generaba ansiedad, por estar prácticamente solo con su hijo los fines de semana.
El padre luego habló de cómo trató de redimirse yendo a besar al niño todas las noches cuando llegaba a casa. Dijo que con cada beso hacía un pequeño nudo en la sábana, para que su hijo supiera que él había estado allí. Cuando despertó, el niño supo que su padre lo amaba y había estado allí. Y el nudo era el medio para unirse entre sí.
Esa historia conmovió al director de la escuela, quien, sorprendido, encontró en ese niño uno de los mejores y más equilibrados alumnos de la clase. Y la hizo reflexionar sobre las infinitas formas que tienen padres e hijos para comunicarse, para hacerse presentes en la vida del otro. El padre encontró su forma sencilla pero eficaz de hacerse presente y, lo más importante, de hacer creer a su hijo en su presencia.
Para que se produzca la comunicación, los niños necesitan 'escuchar' el corazón de sus padres o tutores, ya que los sentimientos hablan más que las palabras. Es por eso que un beso, un abrazo, una caricia, revestidos de puro cariño, curan hasta los dolores de cabeza, los rasguños, los celos del hermano, el miedo a la oscuridad, etc.
Un niño puede no entender ciertas palabras, pero sabe registrar y registrar un gesto de amor, aunque sea un simple nudo.
¿Y tu? ¿Has estado haciendo un nudo en la sábana de tu hijo?
(Autor desconocido)
padres brillantes
-Llora con tus hijos y abrázalos. Esto es más importante que darles fortunas o darles montañas de críticas.
– No formen héroes, sino seres humanos que conozcan sus límites y su fuerza.- Hagan de cada lágrima una oportunidad de crecimiento.
– Anime a su hijo a establecer metas.
– Recuerda: hablar es hablar del mundo que nos rodea.
– Dialogar es hablar del mundo que somos.
– Abrazarse, besarse, hablarse espontáneamente.
– Contar historias.- Sembrar ideas.
– Decir no sin miedo.- No ceder al chantaje.- Se necesita paciencia para educar.
(Augusto Curi)
Los niños aprenden lo que viven
Si los niños viven con la crítica, aprenderán a condenar.
Si los niños viven con hostilidad, aprenderán a pelear.
Si los niños viven siendo ridiculizados, se volverán tímidos.
Si los niños viven con vergüenza, aprenderán la culpa.
Si los niños viven donde hay ánimo, aprenderán confianza.
Si los niños viven donde existe la tolerancia, aprenderán a ser pacientes.
Si los niños viven donde hay elogios, aprenderán a apreciar.
Si los niños viven donde hay aceptación, aprenderán a amar.
Si los niños viven donde hay aprobación, aprenderán a quererse a sí mismos.
.Si los niños viven donde hay honestidad, aprenderán la veracidad.
Si los niños viven seguros, aprenderán a creer en sí mismos y en quienes los rodean.
Si los niños viven en un ambiente amigable, aprenderán que el mundo es un buen lugar para vivir..(Dorothy Ley Nolt)
¿Y tu? ¿Qué le estás enseñando a tu hijo? ¿Reflexionamos?
10 mandamientos de la tarea
1 – Nunca le haga la tarea a su hijo ni permita que otros la hagan (abuelos, sirvienta, hermano mayor, amigo). Ten claro que la lección es de tu hijo y no tuya, por lo tanto, él tiene un compromiso y no tú. Deja que él haga lo suyo y ve a hacer algo por tu cuenta. Necesita sentir que el momento de la tarea es suyo.
2- Organiza un espacio y tiempo adecuado para que realice sus tareas.
3 – Intercambiar ideas o formular preguntas para ayudar al razonamiento, pero solo si se solicita. No des respuestas, no hagas preguntas, no provoques razonamientos.
5- Sea siempre disciplinado con el tiempo de estudio, recordando: cantidad no es calidad;
4 – Di “intentar de nuevo” frente a la queja. Rehacer. Comenzar de nuevo. Si su hijo se da cuenta de que cometió un error, anímelo a buscar la respuesta correcta o una nueva. Demuestra con ejemplos que sueles hacerlo. en este caso, los artículos anteriores son válidos para reforzar éste.
6 – Haz que el error sea constructivo. Cometer errores es parte del proceso de aprender (¡y vivir!). Conversar, enfatizando la importancia de reconocer nuestros errores y aprender de ellos. Cuenta historias que están relacionadas con conceptos erróneos.
7 – Recuerda que dos etapas forman parte de las tareas escolares: las lecciones y el estudio para repasar los contenidos. Las responsabilidades escolares no terminan cuando el estudiante termina la tarea. Profundizar y revisar los contenidos es fundamental.
8 – No mezcles las cosas. La lección y el estudio son tareas relacionadas con la escuela. Lavar los platos, limpiar la habitación y guardar los juguetes son tareas del hogar. las dos son obras, sin embargo, de diferente naturaleza. No vincule un trabajo a otro, y solo evalúe las obligaciones domésticas.
9 – No juzgar la naturaleza, dificultad o pertinencia de la tarea. La tarea es parte de un proceso que comenzó en el salón de clases y debe terminar allí. Si no entiende o no está de acuerdo, vaya a la escuela y averigüe. Su juicio puede desmotivar a su hijo e incluso descalificar al maestro y, en consecuencia, a la tarea y sus objetivos.
10 – Demuestra que confías en tu hijo, respetas sus iniciativas y límites y conoces sus posibilidades. crea un clima de compañerismo y conciencia en la familia, pero asegúrate de poner límites y ser estricto con las recaídas e irresponsabilidades.
(Isabel Cristina Parolin, autora del libro Pais Educadores – É Proibido Proibir? ed. Mediación.)
Los niños son como barcos.
Cuando miramos un barco en puerto, imaginamos que está en su lugar más seguro, protegido por un fuerte ancla. Poco sabemos que está allí en preparación, aprovisionamiento y provisiones para lanzarse al mar, destino para el que fue creado, enfrentándose a sus propias aventuras y riesgos. Dependiendo de lo que le depare la fuerza de la naturaleza, puede que tenga que desviarse de la ruta, trazar otros caminos o buscar otros puertos. Seguro que volverás fortalecido por el aprendizaje adquirido, más enriquecido por las diferentes culturas recorridas. Y habrá mucha gente en el puerto, feliz esperándote. Así son los HIJOS. Estos tienen en el PAIS su puerto seguro hasta que se independicen. Para mayor seguridad, sentimientos de conservación y mantenimiento que puedan sentir con sus padres, nacieron para navegar los mares de la vida, correr sus propios riesgos y vivir sus propias vidas. aventuras Seguro que tomarán el ejemplo de sus padres, lo que aprendieron y los conocimientos de la escuela, pero la principal provisión, además del material, estará dentro de cada uno: LA CAPACIDAD DE SER FELICES. Sabemos, sin embargo, que no existe la felicidad prefabricada, algo que se guarda en un escondite para ser donado, transmitido a alguien. El lugar más seguro en el que puede estar un barco es en el puerto. Pero no fue hecho para quedarse allí. Los padres también piensan que son el refugio seguro para sus hijos, pero no pueden olvidar el deber de prepararlos para navegar en el mar. adentro y encontrar su propio lugar, donde se sientan seguros, seguros de que tendrán que ser, en otro tiempo, ese puerto para otros. seres Nadie puede trazar el destino de sus hijos, pero deben ser conscientes de que en su equipaje deben llevar VALORES heredados, como la HUMILDAD, LA HUMANIDAD, LA HONESTIDAD, LA DISCIPLINA, LA GRATITUD Y LA GENEROSIDAD. Los hijos nacen de los padres, pero deben convertirse en CIUDADANOS DEL MUNDO. Los padres pueden querer que sus hijos sonrían, pero no pueden sonreír por ellos. Pueden desear y contribuir a la felicidad de sus hijos, pero no pueden ser felices por ellos. LA FELICIDAD CONSISTE EN TENER UN IDEAL Y EN LA CERTEZA DE DAR PASOS FIRMES EN EL CAMINO DE LA BÚSQUEDA. Los padres no deben seguir los pasos de sus hijos, ni deben descansar en lo que los padres han logrado. Los niños deben seguir desde donde llegaron sus padres, desde su puerto, y, como barcos, partir hacia sus propias conquistas y aventuras. Pero para eso necesitan ser preparados y amados, en la certeza de que “QUIEN AMA EDUCA”. “¡QUÉ DIFÍCIL ES DESBLOQUEAR LAS LLANTAS!”
(Içami Tiba)
La lección de la mariposa
Un día, apareció una pequeña abertura en un capullo. Un hombre se sentó y observó a la mariposa durante varias horas mientras luchaba por forzar su cuerpo a través de ese pequeño agujero. Luego pareció que dejó de progresar. Parecía que había llegado tan lejos como podía ir, y no podía ir más allá. El hombre decidió ayudar a la mariposa: tomó unas tijeras y cortó el resto del capullo. Entonces la mariposa salió fácilmente. Pero su cuerpo estaba marchito y era pequeño y sus alas estaban arrugadas. El hombre siguió mirando a la mariposa porque esperaba que, en cualquier momento, las alas se agrandarían y expandirían para poder sostener el cuerpo, que con el tiempo se contraería. ¡Nada pasó! De hecho, la mariposa pasó el resto de su vida arrastrándose con el cuerpo hinchado y las alas arrugadas. Nunca pudo volar. Lo que el hombre, en su amabilidad y disposición para ayudar, no entendió fue que el apretado capullo y el esfuerzo que requería la mariposa para pasar por la pequeña abertura era la manera de Dios de llevar el fluido del cuerpo de la mariposa a sus alas para que estuviera lista para volar una vez que estuviera libre del capullo. A veces el esfuerzo es justo lo que necesitamos en nuestras vidas. Si Dios nos permitiera transitar nuestra vida sin obstáculos, nos dejaría como la mariposa. No íbamos a ser tan fuertes como podríamos haber sido. Nunca pudimos volar... Que la vida sea un eterno desafío, porque sólo así volar será realmente posible.
(Autor desconocido)
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