La gente suele coleccionar porque tienen un significado especial para ellos. A menudo, estos objetos simbolizan un momento importante en sus vidas o representan algo que les es querido. Otras personas coleccionan porque disfrutan el desafío de encontrar y recolectar todos los elementos de un objeto, también están aquellos quienes incluso consideran el coleccionismo como una forma de invertir, ya que algunos de estos artículos pueden incrementar su valor con el tiempo.
En cierto modo, el acto de coleccionar posibilita un cierto placer, cuando se obtiene la consecución de los elementos de la colección. Nuestro cerebro libera dopamina, la hormona del placer, al tomar posesión de los objetos y percibir el aumento de la finalidad de la colección. La autoestima y la confianza en uno mismo también se despiertan con el avance de la conquista.
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Pero también puede volverse muy frustrante cuando no se logra, haciendo que las personas se rindan o encuentren fortalezas relevantes para persistir en sus metas y desarrollarse. habilidades que puede ser muy favorable para la vida.
La búsqueda de entretenimiento o afición, que culmina en la decisión de dedicarse al coleccionismo, está sin duda muy ligada a aspectos de la personalidad. Coleccionar es un instinto humano básico y muy antiguo, propio de personas organizadas, cuidadosas y algo obsesivas. Ya se trate de sellos, pinturas, monedas, coches, el coleccionismo puede convertirse en una pasión para toda la vida, con todo lo que ello conlleva. Muchas colecciones no tienen valor monetario, sino valor emocional, lo que permite al coleccionista revivir recuerdos o conectarse con un período o tiempo específico.
Hay casos en los que coleccionar se vuelve un asunto serio, como cuando supera el comportamiento 'saludable' y se convierte en un acaparador. Según los expertos, los acaparadores son aquellos que acumulan objetos sin orden ni razón, solo para sentirse, en cierto modo, 'protegidos' por su afición.
Cuando una colección se convierte en una molestia, también se vuelve patológica. Y cuando una acumulación es patológico, interfiere con la vida diaria normal. Esto quiere decir que una acumulación sin fundamento puede tener significados inconscientes que motiven al recolector a acumular, sin tener noción de espacio físico y perjudicando la contaminación visual del ambiente.
Otro tema relevante, el coleccionista sano, cuida los objetos, los admira y los mantiene bajo cuidado de conservación. Los acumuladores no tienen este perfil.
Muchos coleccionistas comentan que la parte más difícil de tener una colección, además de conseguir lo que quieres, es ordenarla y limpiarla. Es un pasatiempo donde te vuelves dueño de lo que más amas y que mejor satisfacción que verlo crecer cada vez más.
Coleccionar hace feliz a la gente, los coleccionistas luchan y se divierten buscando sus piezas especiales para su colección. Y el mundo no tiene otra cosa que hacer que apreciar y admirar a aquellas personas que han puesto su dinero, años y esfuerzo en esta colección.
A medida que evoluciona la práctica de la colección, los coleccionistas desarrollan habilidades que pueden influir positivamente en otras áreas de la vida, aportando experiencia a la vida personal, profesional y Social.