El litchi chinensis, conocido popularmente como lichi, es una fruta que genera cierta discusión en las ferias de todo el país. Eso es porque, a pesar de ser muy bonito, algunas personas están decepcionadas con su sabor bastante llamativo. Aún así, se utiliza con fines medicinales, sobre todo en su país de origen, China. Además, la semilla de lichi es sumamente nutritiva y tiene varios beneficios.
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Este pequeño fruto rojo tiene mucho vitamina C, hierro, fibras, potasio Es calcio. Todo ello con muy pocas calorías y muy fácil de comer. Por ello, es una excelente opción para quienes buscan una comida nutritiva. Además, su fosa está repleta de antioxidantes, que pueden ayudar a prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, rejuvenecer la piel e incluso combatir el cáncer.
Además, por su bajo valor calórico, es muy utilizada por quienes buscan quemar grasas. Según los investigadores, al incluir el extracto de la fruta en la dieta, es posible perder peso de manera saludable y aún tener acceso a varios nutrientes, como el pigmento de cianidina contenido en su cáscara.
Sin embargo, según los expertos, se debe tener cuidado con el consumo excesivo de este alimento, especialmente en ayunas. Cuando esto sucede, la fruta puede ser tóxica, ya que tiene una alta concentración de hipoglicina, una toxina que puede inhibir que nuestro cuerpo sintetice glucosa. Así, podemos experimentar problemas respiratorios, mareos e incluso convulsiones.
El proceso para consumir el hueso de lichi es bastante simple, pero puede llevar algún tiempo. Primero se debe llevar la fruta al horno en su forma natural, sin pelar. Luego, a una temperatura media de 65ºC, debe alcanzar un color muy pardusco.
Luego, tendrás que pelar la semilla y cortarla en trozos pequeños para que sea más fácil de consumir. Si lo prefieres, puedes agregarlo a las ensaladas o incluso molerlo como harina, agregándolo a otros alimentos. De esta forma, es posible obtener comidas con un valor nutritivo de forma muy práctica.