Noticias como esta son conmovedoras y nos hacen creer en la Educación como el mejor camino hacia la inclusión. En la última semana, un quilombola negro y un colono del Movimiento Sin Tierra (MST) se destacaron al lograr importantes logros en la educación superior y como ganador de concursos estudiantiles.
João Santos Costa, 24 años, negro, quilombola, hijo de campesinos y miembro de una familia humilde compuesta por 11 hermanos. Este es el retrato del estudiante más joven de la carrera de Medicina de la Universidad Federal de Sergipe – campus Lagarto. En un artículo publicado en el sitio web Pragmatismo Político, el joven relata su difícil trayectoria hasta la víspera de su graduación.
vea mas
IBGE abre 148 vacantes para Agente de Investigación Censal; ver cómo…
Publicada ley que establece el 'Programa para la Adquisición de…
Según él, desde niño fue consciente de que la difícil condición de vida en la que vivía sólo podía superarse mediante el estudio y el conocimiento. Sin embargo, sabía que no sería un camino fácil, especialmente dada la realidad de una comunidad en la que la gran mayoría ni siquiera había llegado a la escuela secundaria.
“Recuerdo que hubo momentos en que no sabía qué iba a comer durante el día, ni qué me iba a poner para estudiar, ni si tendría zapatos para ponerme, pero ni lo pensaba. en faltar a clases y menos en usar tales obstáculos como obstáculos para no buscar el conocimiento y cambiar su vida”, recuerda el niño que vio a sus padres como su mayor inspiración.
Alumno de toda la vida de la escuela pública, João sintió las dificultades relacionadas con la estructura y el cuerpo docente pero, a pesar de las adversidades, siempre se destacó en la escuela. Además de la pasantía remunerada en el Ministerio Público de la ciudad de Simão Dias, fruto de sus buenos resultados escolares, el pico llegó años después.
A la edad de 17 años, João fue aprobado en tercer lugar en el examen de ingreso de Medicina de la UFS. “Sabía que estudiar medicina tendría sus costos, pero no me dejé amedrentar, perseguí mis derechos sociales y me matriculé en el programa de residencia universitaria que brinda la UFS y en la beca de permanencia que brinda el MEC”, recuerda él.
Llegando al final de un largo viaje de seis años, el joven aprende una importante lección que quiere transmitir a todos los que luchan por hacer realidad sus propios sueños. “Hoy me enorgullece decir que, gracias a mis esfuerzos y al apoyo de gente maravillosa, los negros han salido de ‘cuartel de esclavos’, el pobre se fue del campo y el estudiante de escuela pública se gradúa de medicina en una universidad Federal.
Esta es la oportunidad que tenemos para estudiar
Julia Kaiane Prates da Silva, de 18 años, es una de las finalistas de la 10ª Olimpiada Nacional de Historia de Brasil, la ONHB. Habitante de un asentamiento del MST en la ciudad de Herval, en Rio Grande do Sul, la niña asiste a la tercer año de Enseñanza Media y Técnico Ambiental en el Instituto Federal Sul Riograndense, en Pellets.
La competencia tuvo lugar este fin de semana, en São Paulo, y Júlia se embarcó con sus amigas Camila das Neves y Vitória Camargo, bajo la dirección del profesor Deomar Villagra Neto. El equipo bautizado con el nombre “Lutzenberger” contó con el apoyo de la coordinación del evento para poder viajar.
El subsidio se otorgó a cinco equipos de escuelas públicas que obtuvieron el puntaje más alto en cada región. Organizado por el Departamento de Historia de la Universidad Estadual de Campinas (Unicampo), el concurso La prueba inicial consta de seis pruebas en línea que consisten en preguntas de opción múltiple y realización de pruebas. tareas.
Nueva en este tipo de competencias, Júlia tomó el resultado de los Juegos Olímpicos como inspiración para su propia carrera. “Con las Olimpiadas, comencé a admirar aún más el campo de la Historia. Mis metas aún no están bien definidas, pero quiero hacer los exámenes de ingreso a la Ufpel y al Enem”, enfatiza la joven.
Júlia, como comentamos al principio de la sección, vive desde hace 12 años en un asentamiento del MST en Herval con su madre, su padrastro y dos hermanos. Sus estudios en el Instituto fueron posibles gracias a una beca otorgada por el gobierno que le permite pasar una semana en un internado, sin costo de alimentación ni alojamiento.
Según ella, esta es la oportunidad que tiene para estudiar porque sin la ayuda no podría pagar un departamento. Además del apoyo, Júlia cuenta con ayuda con el costo de los pasajes para poder visitar a su familia. El estudiante dice que el sustento de la familia proviene de la agricultura, a través del cultivo de soja, maíz y frijol.
Incluso con el esfuerzo diario que realiza, Júlia refuerza el prejuicio vivido por los colonos. “Pocos conocen el esfuerzo y el trabajo de esta gente”, subraya la niña que, como João, supera las adversidades económicas y sociales para recorrer los caminos de mejores condiciones de vida a través de Educación.