El número de cuotas de matrícula en la educación superior pública en Brasil se triplicó con creces entre 2009 y 2016, pasando del 1,5% al 5,2%. En el mismo período, también aumentó (28,1%) la proporción de matrículas en universidades privadas con el Programa Universidad para Todos (ProUni) – del 5,7% al 7,3%.
En los cursos presenciales de educación superior (licenciatura) en instituciones públicas, las matrículas aumentaron de 809.000 a 1,2 millones. En el mismo período, las cifras fueron mayores en las instituciones privadas. Las inscripciones en estos cursos pasaron de 2,8 millones a 3,9 millones.
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La tasa de ingreso a la educación superior de los estudiantes que habían cursado los años anteriores en un colegio privado es más del doble que la de los que estudiaron en la red pública. Hay una gran diferencia entre quienes terminaron el bachillerato en escuelas públicas. Entre los estudiantes, el 35,9% logró ingresar a la educación superior, mientras que los de instituciones privadas representaron el 79,2%.
Los datos forman parte del Resumen de Indicadores Sociales 2018, publicado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). El estudio trae un conjunto de informaciones de la realidad social del país. El trabajo elaborado por investigadores de la institución tiene como principal fuente de datos para la construcción de indicadores la Encuesta Nacional Continua por Muestreo de Hogares (PNAD Continua) de 2012 a 2017.
Los estudios también indican que Brasil no ha alcanzado la meta de universalizar la educación preescolar. De 2016 a 2017 aumentó un 90,2% el grupo de niños de 4 y 5 años que asistían a la escuela o guardería al 91,7%, pero aún insuficiente para alcanzar la meta de universalización del Plan Nacional de Educación (PNE). “[El PNE pretende] universalizar, para el 2016, la educación inicial en preescolar para niños de 4 a 5 años y ampliar la oferta de educación inicial en círculos infantiles para atender al menos al 50% de los niños hasta los 3 años al final de la vigencia de este PNE”, destacó el IBGE.
Aún sin llegar a la universalización, el instituto señaló que Brasil está cerca de la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre el acceso a la educación preescolar. La tasa de niños de 4 años en escuelas o guarderías en Brasil fue del 87,1%. En comparación con los países de la OCDE, está justo por debajo del promedio del 88 %, ubicándose en el puesto 27 entre 35 países, por delante de Chile, Finlandia y Estados Unidos.
El estudio también indicó que trabajar es la principal razón por la que los jóvenes no estudian. En la población con secundaria completa e incompleta, los hombres no estudiaron principalmente porque necesitaban trabajar, buscar trabajo o esperar a que comience el trabajo (52,5% en el primer grupo y 48,9% en el segundo). Esta razón también fue relevante para las mujeres (23,2% y 33,6% respectivamente).
El estudio destacó que hay un porcentaje considerablemente más alto entre ellos. El motivo de la falta de estudios fue la dedicación a las labores y cuidados del hogar, que concentró el 39,5% de mujeres jóvenes sin educación secundaria y 14.7% de mujeres jóvenes con educación secundaria que no habían terminado la escuela más alto.