La industria automotriz atraviesa una crisis. Algunos factores, como los problemas logísticos, la escasez de semiconductores y la exigencia medioambiental de pasarse a los coches eléctricos en Europa son algunos de ellos. Sin embargo, el problema más reciente es con el litio, un producto esencial en la fabricación de baterías de automóviles eléctricos.
Con el aumento de la demanda para la fabricación de este elemento químico, su precio se ha más que disparado. Según la consultora S&P Global Platt, el aumento de precios está relacionado con "compras de pánico". Es decir, aquellas que suceden con el objetivo de mantener reservas en caso de que haya un posible desabastecimiento.
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En China, país responsable del 75 % de la producción de litio utilizado en baterías, el precio aumentó cerca de un 531 % en enero pasado, en comparación con el mismo mes de 2021. La causa de todo este aumento, según las investigaciones, radica en la “escasez estructural”, ya que no hay suficiente litio para producir tantas baterías.
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Si bien se están alcanzando números récord en la fabricación de autos eléctricos, desencadenando una carrera para garantizar suficiente litio para la producción, este tema no es nuevo. Desde diciembre del año pasado, Bloomberg ya ha demostrado que la progresiva reducción del coste de las baterías cambiaría de tendencia.
A medida que aumentaba la demanda de autos eléctricos, el precio de las baterías siguió gradualmente a la demanda. Para entender el significado de esto, es necesario tener la noción de que el litio representa el 40% del valor de las baterías, y en los modelos actuales es el material esencial en ánodos y cátodos.
En cierto modo, con estos aumentos de producción, reducir los precios de los coches eléctricos sigue siendo complicado. Malas noticias, porque a pesar de que es un camino hacia la movilidad sostenible, los consumidores todavía lo consideran un producto caro por el momento.
Para revertir esta situación, la salida podría ser cambiar la estructura de las baterías. Así, la investigación muestra que el futuro de los coches eléctricos pasa por la producción de baterías de estado sólido. En estos, el almacenamiento promete un 50% más de autonomía, ahorro y carga rápida. Sin embargo, el litio seguiría siendo necesario.
Los fabricantes creen que esta batería llegará a las industrias a mediados de esta década. Pero el CEO de Benchmark dice que el suministro de litio alcanzará la demanda para 2023. Por lo tanto, solo podemos confiar y esperar que otros investigadores encuentren un sustituto más barato para el litio, capaz de salvar el futuro de la industria y el medio ambiente.