Solo el 27% de las escuelas públicas brasileñas ofrecen educación a tiempo completo. Esta estadística presenta una realidad distinta a la definida por el Gobierno Federal en el Plan Nacional de Educación (PNE).
De acuerdo con los objetivos del PNE, al 2024, el 50% de las instituciones de la red pública deben ofrecer educación de tiempo completo. Sin embargo, datos divulgados por la ONG Todos Pela Educação muestran que el crecimiento de la modalidad ha estado por debajo de las expectativas desde 2013.
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Ahora, en 2023, el Gobierno Federal ha anunciado medidas para incentivar la inscripción en el educación integral. El nuevo objetivo apunta a llegar a 3,2 millones de estudiantes de escuelas públicas con educación a tiempo completo para 2026.
Pero, para Iván Gontijo, gerente de Políticas Educativas de la ONG, es poco probable que se alcance la meta. Para él, el principal obstáculo es la falta de inversiones, porque la modalidad integral presenta un alto gasto.
“El costo es de dos a tres veces mayor que la matrícula de medio tiempo y el principal factor es la alimentación”, dijo Gontijo al portal de noticias Poder 360.
En la modalidad de enseñanza integral, la escuela debe ofrecer actividades curriculares, acciones complementarias y asistencia al estudiante, como alimentación, por ejemplo.
El Objetivo 6 del PNE es el texto que defiende la importancia de la educación integral en el país. El texto de gobierno fue aprobado en la Ley 13.005/2014 y establece que el objetivo nacional es:
“Ofrecer educación de tiempo completo en por lo menos el 50% (cincuenta por ciento) de las escuelas públicas, para atender por lo menos al 25% (veinticinco por ciento) de los estudiantes de educación básico".
Sin embargo, el decreto tiene una vigencia de 10 años, es decir, la meta debe alcanzarse para el 2024. Sin embargo, la educación a tiempo completo ha crecido solo un 5,7% desde 2013.
(Imagen: Freepik/Reproducción)
Si bien el proyecto presenta estrategias de incentivos a la educación, su implementación aún encuentra varios obstáculos financieros y estructurales que impiden su expansión.
Por ejemplo, los docentes y otros profesionales de la educación deben estar preparados y disponibles para satisfacer una demanda docente completa.
Gontijo refuerza que las unidades docentes parciales tienen hasta tres turnos, mientras que las escuelas de tiempo completo solo tienen uno. Por lo tanto, la institución debe contar con la infraestructura para impartir actividades curriculares y extracurriculares.
A pesar de ello, el plan nacional de educación integral tiene la potestad de brindar una educación de calidad y experiencias capaces de desarrollar mucho más que el currículo tradicional.
Sin embargo, hasta el momento, el proyecto de educación integral en Brasil no ha recibido la estructura y las inversiones necesarias para alcanzar la meta en 2024.