Uno de los mayores desafíos para salud de muchas personas es deshacerse de la acumulación de grasa en la zona abdominal, que puede suponer importantes riesgos para el organismo.
Esto se debe a que la grasa que se encuentra alrededor de los órganos vitales afecta negativamente su funcionamiento. Para evitar complicaciones, es crucial mantener circunferencia abdominal por debajo de 88 cm en mujeres y 102 cm en hombres.
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Aunque mucha gente cree que los ejercicios localizados, como los abdominales, son la solución para eliminar grasa abdominal, lo cierto es que cambiar tus hábitos alimenticios y estilo de vida es la clave de esto meta.
¡Aquí hay tres cambios de rutina clave que pueden ayudar a reducir la grasa abdominal!
(imagen: Amaly/Reproducción)
1. Cambiar hábitos de compra
El primer y más importante cambio debe ocurrir en el supermercado, cuando elegimos los alimentos que vamos a consumir. Es fundamental optar por una dieta antiinflamatoria, rica en hidratos de carbono de bajo índice glucémico y fuentes de micronutrientes.
A la hora de hacer la compra, presta atención al contenido del carrito: el 80% del mismo debe estar lleno de verduras, verduras, frutas, raíces, carnes magras, huevos, yogur natural y cereales integrales.
Solo el 20% debe reservarse para productos procesados, como panes, galletas, pasteles preparados, chocolates, bocadillos, alimentos congelados, yogures saborizados y productos con azúcar agregada.
Priorizar las frutas como fuente de hidratos de carbono para desayunos y meriendas intermedias, combinándolas con yogur y buenas fuentes de grasas, como semillas o frutos secos.
En las comidas principales, el foco debe estar en llenar la mitad del plato con vegetales y verduras. La otra mitad con carne magra y un grano y/o raíz.
Evita los jugos durante las comidas y deja los postres para el fin de semana, acelerando así la reducción de la grasa abdominal.
2. planificación de comidas
Salir a comer puede ser un obstáculo para aquellos que buscan reducir la grasa abdominal. Muchos establecimientos abusan del aceite y aditivos artificiales en la elaboración de recetas, haciéndolas calóricas y contribuyendo a la retención de líquidos.
Planificar las comidas y prepararlas en casa es la mejor opción. El fin de semana se puede aprovechar para cocinar y congelar parte de las loncheras, asegurando una dieta sana y controlada durante la semana.
Además, esta práctica ahorra tiempo, permite un control real de la alimentación y reducir el consumo de alimentos procesados.
3. Centrándose en las grasas buenas
Contrariamente al sentido común, las grasas buenas son aliadas importantes a la hora de reducir la barriga. Algunos de los más beneficiosos son:
Aceite de oliva: reduce la inflamación celular, ayudando a la pérdida de peso, y retrasa la digestión de los carbohidratos, controlando la liberación de insulina;
Palta: ayuda a combatir la acumulación de grasa entre los órganos abdominales, equilibrando los niveles de cortisol, hormona que puede causar inflamación y acumulación de grasa en la región abdominal;
Nueces y semillas: son ricas en grasas insaturadas, que elevan el colesterol bueno (HDL) y previenen enfermedades cardíacas y metabólicas. También son fuentes de omega 3 y omega 6, reduciendo el colesterol malo (LDL).
La incorporación de estos cambios en su rutina puede marcar la diferencia en la disminución de la grasa abdominal y la mejora de su salud en general.
Recuerda que la paciencia y la constancia son esenciales para lograr resultados duraderos. Consultar a un profesional de la salud o nutricionista para una orientación personalizada también es clave en este proceso.