El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que se desarrolla lentamente. Los primeros signos son más sutiles, como lapsos de memoria o problemas para completar tareas.
Sin embargo, los investigadores han identificado otra señal que puede ser una indicación para buscar ayuda médica. Además, es común en actividades cotidianas como bañarse.
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El estudio realizado en la Universidad de Chicago se dedicó a observar la desarrollo de alzheimer y sus etapas.
Durante los análisis, los investigadores identificaron un síntoma poco observado que aparece como un indicio de una enfermedad neurodegenerativa.
Según la Asociación Brasileña de Alzheimer (ABRAz), Brasil tiene alrededor de 1,2 millones de personas con el problema, pero muchos aún no han sido diagnosticados.
En el mundo, el número de personas con la enfermedad de alzheimer es de aproximadamente 35,6 millones.
Debido a la importante presencia de la enfermedad, los científicos se han dedicado a investigar nuevas estrategias que aceleren el diagnóstico y tratamiento temprano.
De esta manera, identificaron un síntoma de Alzheimer que está presente en uno de nuestros sentidos más utilizados: el olfato.
Es un sentido importante en la forma en que experimentamos el mundo. Por ello, es fundamental observar en situaciones cotidianas que la percepción olfativa no se pierda rápidamente.
Por ejemplo, la capacidad de percibir los olores del acondicionador, el jabón y el champú mientras se ducha. El mismo ejercicio se puede realizar en otros ambientes, como la cocina y los aromas de la comida.
Tal observación primaria de una rápida disminución del olfato puede facilitar la investigación de la causa y diagnostico temprano de alzhéimer.
En caso de dudas o percepción de este signo, la mejor orientación es buscar atención médica y realizar las pruebas necesarias indicadas por profesionales de la salud.
(Imagen: publicidad)
Las pruebas se realizaron en 515 adultos que viven en hogares para ancianos en Illinois, en Estados Unidos.
Desde 1997, este grupo de personas ha sido evaluado anualmente por su capacidad de "identificación de olores, función cognitiva y diagnóstico clínico de demencia". Una parte de los individuos también se sometió a imágenes de resonancia magnética para mantener el seguimiento.
Según investigaciones, la pérdida de oler es un indicio de demencia, más aún cuando se asocia a la capacidad de reconocer diferentes olores.
"Este estudio proporciona otra pista sobre cómo una disminución rápida en el sentido del olfato es un buen predictor de lo que eventualmente ocurrirá estructuralmente en regiones específicas del cerebro", dijo Jayant M. Pinto, profesor de la Universidad de Chicago.
Además, la disminución del olfato predice la pérdida de la función cognitiva y cambios en el cerebro en diferentes puntos afectados por la enfermedad de Alzheimer.