En el pasado remoto, el tigres dientes de sable vagaba por la Tierra, haciendo gala de una imposición que quedó marcada en la historia. Sin embargo, una pregunta aún genera dudas: ¿cuál era el sonido que emitía este magnífico felino?
Para abordar este misterio, investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte analizaron datos sobre la vocalización de estos animales, buscando determinar si los sonidos que producían eran rugidos potentes o ronroneos liso.
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La respuesta, sin embargo, no fue tan sencilla de encontrar como habían imaginado los científicos. Un estudio publicado en el Journal of Morphology investigó las vocalizaciones de varias especies de gatos con el objetivo de llegar a una conclusión definitiva.
Los investigadores señalan que todos los felinos modernos se pueden categorizar en dos grupos principales: el primero está compuesto por los rugientes “grandes felinos”, como leones, tigres, panteras y onzas.
El segundo grupo es el Felino, que incluye felinos ronroneantes como linces, pumas, ocelotes y gatos domesticos. En términos evolutivos, los tigres dientes de sable se separaron del linaje felino antes que otros grupos modernos.
(Imagen: Freepik/Reproducción)
Esta distinción implica que los leones están más cerca de los gatos domésticos que los tigres dientes de sable en términos de parentesco. Esto complica cualquier suposición científica.
“Esto es crucial porque el debate sobre el tipo de vocalización que podrían emitir los tigres dientes de sable depende del análisis de la anatomía de los pequeños huesos de la garganta”, explicó Adam Hartstone-Rose, profesor de la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
Hartstone-Rose enfatiza que aunque la vocalización está controlada por la laringe y los tejidos blandos de la garganta más que por los huesos, los anatomistas del pasado hicieron una observación interesante.
Se ha descubierto que los huesos hioides, que anclan estos tejidos, varían en tamaño y número entre especies, apareciendo nueve veces en gatos que ronronean y siete veces en gatos que rugen.
Después de un análisis en profundidad, los investigadores descubrieron que los tigres dientes de sable solo tenían siete huesos hioides en la garganta. Esto llevó a la suposición inicial de que estos animales eran sin duda rugientes.
Sin embargo, Hartstone-Rose señaló que cuanto más investigadores examinaban la anatomía de felinos modernos, se encontró evidencia menos concreta de que estos huesos desempeñaran un papel vocal.
Como los huesos no desempeñan un papel directo en la vocalización, esta teoría parecía inadecuada, ya que nunca se ha establecido realmente la correlación entre el número de huesos y el sonido producido.
Así, los estudiosos comenzaron a examinar la estructura hioides de cuatro especies de gatos rugientes: leones, tigres, leopardos y jaguares. Además, también analizaron cinco especies de felinos ronroneantes: pumas, guepardos, caracales, servals y ocelotes.
Según los científicos, si los huesos hioides, que están ausentes en los gatos rugientes, fueran realmente crucial para la vocalización, los otros huesos deberían mostrar diferencias claras entre los dos grupos.
Sin embargo, la forma de estos huesos es notablemente similar, independientemente de si pertenecen a gatos rugientes o ronroneantes, con ligeras variaciones sólo en los huesos más cercanos al aparato vocal.
En última instancia, el tigre dientes de sable comparte características con ambos grupos, lo que sugiere que podría haber adoptado ya sea el rugido o el ronroneo, o incluso un tercer tipo de vocalización.