Mucho más impactante que el discurso oficial en torno al “Compromiso Nacional para la Niñez Alfabetizada”, un programa lanzado recientemente por el gobierno. gobierno federal – la triste realidad es que el país se está quedando atrás en materia educativa, incluso en comparación con naciones en etapas similares de desarrollo o más bajo.
Según datos del informe Panorama de la Educación, publicado este martes (12), Brasil ha gastado en educación básica, desde la década de 2010, 3.583 dólares por estudiante/año, menos de 1/3 del promedio de 10.949 dólares, referido a los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. (OCDE). La conclusión es que el gasto brasileño es el tercero peor entre los 42 países miembros del organismo internacional.
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A pesar de haber triplicado en los últimos 13 años el monto invertido por alumno en educación infantil, primaria y secundaria, el Brasil “muerde el polvo” frente a pares como Corea del Sur, el “tigre asiático”, cuyas contribuciones saltaron de 3.000 dólares a 14 dólares mil; Portugal, que aumentó su contribución de 3.500 dólares a 10.000 dólares y Australia, cuya contribución fue “impulsada” de 5.000 dólares a 12.000 dólares.
Muy por encima de los escasos recursos de Brasil, en Europa, el pequeño Luxemburgo destina 26.000 dólares por estudiante/año, superando a Suiza, que invierte 17.000 dólares, y a Estados Unidos, con 15.000 dólares.
Incluso teniendo en cuenta el enorme contingente de 45 millones de estudiantes presentes en sus escuelas públicas y la inversión del país en el sector, correspondiente al 4% del PIB (Producto Interno Bruto), el resultado aún no es suficiente para alcanzar el desempeño de los países de la OCDE, cuyo promedio es 3,6% del PIB.
Inversión de prioridades – El núcleo del problema puede explicarse, al menos en parte, por la inversión de prioridades en la política pública tupiniquim, ya que la La inversión nacional en educación superior (que cubre a 2 millones de estudiantes en las universidades) no está tan lejos de la aplicada por los países. rico. Mientras que Brasil invierte 14.735 dólares por estudiante/año en educación superior, los países de la OCDE invierten 14.839 dólares.
También en contra de la tendencia global, el gasto del país en educación, después de la crisis pandémica, cayó, en promedio, un 10,5%, frente a la expansión del 2,1%, entre 2019 y 2020, entre los países de la OCDE. Si bien admiten que la inversión oficial en las universidades puede considerarse elevada, los expertos subrayan que es necesario dedicar más recursos a la educación básica.
Tomando como referencia los modelos internacionales, la idea central es que los recursos de la educación básica deben asignarse a políticas que aporten resultados, como la escuela a tiempo completo, la alfabetización, la formación de docentes, la educación infantil y profesional y tecnológico. Actualmente, países como Finlandia, Países Bajos, Canadá y Dinamarca invierten por encima del promedio de la OCDE cuando se trata de estudiantes de educación básica.