oh oler Es un sentido increíble, capaz de evocar recuerdos y alertarnos de posibles peligros, como comida en mal estado, y suele utilizarse con este fin.
Sin embargo, la confianza ciega en “prueba de olfato” puede suponer un riesgo grave para la salud. Descubra por qué esta práctica no siempre es precisa y cómo garantizar la seguridad alimentaria.
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El sentido del olfato fue fundamental en la evolución humana, ayudándonos a evitar alimentos contaminados. Pero al depender únicamente del olfato para determinar la calidad de los alimentos, corremos el riesgo de subestimar peligros invisibles.
Varios patógenos peligrosos, como Listeria monocytogenes (Salmonela), Feto de Campylobacter Es Escherichia coli, que causan enfermedades transmitidas por alimentos (ATD), no producen olores distintos.
Incluso cuando la concentración bacteriana no es suficiente para provocar mal olor, puede ser suficiente para desencadenar patologías graves.
(Imagen: divulgación)
Otra creencia popular que deberíamos descartar es la “regla de los 5 segundos“. Los estudios han refutado la idea de que los alimentos no se contaminarían si se dejaran en el suelo durante menos de 5 segundos.
En realidad, las bacterias pueden transferirse casi instantáneamente. Aunque esto puede variar según la superficie, el riesgo sigue presente.
1. Elige alimentos de calidad
Adquirir productos de establecimientos de calidad comprobada que sigan las normas de los organismos reguladores.
2. Inspección y lavado
En el caso de alimentos frescos, como frutas y verduras, inspecciónelos y retire las partes que no sean aptas para el consumo. Luego lávelos con agua corriente.
3. Desinfección
Remojar los alimentos en agua clorada. Para ello diluye 2 cucharadas de lejía (sin lejía ni perfume) en 1 litro de agua. La proporción puede variar dependiendo de la concentración de la lejía.
4. Evite la contaminación cruzada
Al manipular carne, no utilice los mismos utensilios para alimentos crudos y cocidos para evitar la contaminación cruzada.
5. Temperatura segura
Mantenga la carne refrigerada hasta que esté lista para prepararla, ya que la mayoría de las bacterias mueren cuando los alimentos alcanzan los 75°C.
Recuerda que algunas carnes, como los músculos de res, se pueden consumir extraño siempre y cuando el exterior esté adecuadamente calentado.
Sin embargo, las carnes de ave, cerdo y embutidos, incluidas las hamburguesas, deben cocinarse completamente debido al mayor riesgo de contaminación por microorganismos y parásitos.
Al adoptar estas prácticas, estará mejor equipado para garantizar la seguridad alimentaria y proteger su salud y la de su familia, incluso cuando su sentido del olfato no detecte peligros invisibles.