Con una sonrisa radiante, el astronauta de NASA Frank Rubio se despidió de la Estación Espacial Internacional (ISS) después de una estancia de 371 días en el espacio, estableciendo un nuevo récord para los vuelos espaciales estadounidenses.
Su misión, ampliada debido a una fuga en la nave espacial, proporcionó información valiosa sobre cómo reacciona el cuerpo humano después de más de un año en el entorno de microgravedad.
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Estos descubrimientos no sólo marcan un paso importante en la exploración espacial de larga duración, sino que también arrojan luz sobre lo que les espera a los astronautas en futuras misiones a Marte y además.
Frank Rubio, Regreso a la Tierra. (Imagen: NASA/reproducción)
Sin la atracción de la gravedad de la Tierra, los músculos y huesos de los astronautas comienzan a atrofiarse rápidamente. Los músculos de la espalda, el cuello, las pantorrillas y los cuádriceps son los más afectados.
En sólo dos semanas, la masa muscular puede disminuir hasta un 20%, marcador que aumenta hasta un 30% en misiones más largas. Lo mismo ocurre con los huesos, que pueden perder hasta un 2% de su masa cada mes en el espacio. Esto aumenta el riesgo de fracturas y retrasa la curación, tardando hasta cuatro años en recuperarse por completo después de volver a la normalidad. Tierra.
Para combatir estos efectos devastadores, los astronautas realizan 2,5 horas diarias de ejercicio en la ISS, que incluyen sentadillas, peso muerto y más.
(Imagen: NASA/reproducción)
Sin embargo, estudios recientes sugieren que estas medidas pueden no ser suficientes para preservar completamente la masa muscular.
Mantener un peso saludable en el espacio es un desafío único. Las dietas de los astronautas están cuidadosamente planificadas, pero la falta de variedad de alimentos puede pasar factura a sus cuerpos. Scott Kelly, otro astronauta de la NASA, perdió el 7% de su masa corporal durante su estancia en la ISS.
Además, la microbiota intestinal de los astronautas sufre cambios profundos en el espacio, posiblemente debido a la exposición a la radiación y al uso de agua reciclada. Esto puede afectar la digestión, provocar inflamación en todo el cuerpo e incluso desestabilizar la función cerebral.
En el espacio, la circulación sanguínea y la visión se ven afectadas. La microgravedad puede provocar que se acumule líquido en la cabeza, lo que provoca problemas de visión, algunos de los cuales pueden ser permanentes.
Además, el rendimiento cognitivo de los astronautas puede verse afectado al regresar a la Tierra a medida que sus cerebros se adaptan nuevamente al entorno. gravedad y un ambiente totalmente diferente.
Un descubrimiento notable es el cambio en la longitud de los telómeros del ADN de los astronautas durante los viajes espaciales. Aunque aún no se conoce la causa exacta, la exposición a la radiación en el espacio puede desempeñar un papel importante.
Además, el sistema inmunológico de los astronautas puede experimentar disminuciones en el recuento de glóbulos blancos debido a la radiación.
Estos descubrimientos son sólo el comienzo de nuestra comprensión de cómo cuerpo humano responde a vuelos espaciales de larga duración.
Mientras la humanidad se prepara para explorar el Sistema Solar, esta información es crucial para garantizar la salud y el bienestar de los futuros astronautas.
El viaje de Frank Rubio representa un hito en la búsqueda de respuestas y nos prepara para los desafíos y misterios que aguardan a quienes se atreven a viajar hacia lo desconocido.