Apoyar, movilizar e incentivar el desarrollo de políticas públicas orientadas a la inclusión de los jóvenes al mercado laboral. Bajo esta concepción, a finales de septiembre se puso en marcha el Laboratorio de Inclusión Productiva Juvenil. (Linc), en la Cinemateca Brasileira, durante el Encuentro Educación y Trabajo: Perspectivas sobre la Educación Profesional y Tecnológico.
La iniciativa es resultado de una alianza entre el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), con el Centro para Desarrollo de Gestión Pública y Políticas Educativas en la Fundação Getúlio Vargas, Itaú Educação e Trabalho y el Instituto Unibanco.
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Según datos recientes publicados por el Ministerio de Trabajo y Empleo, en el país hay al menos 5,2 millones de jóvenes desempleados, de edades comprendidas entre 14 y 24 años. Un retrato del abandono al que ha sido relegada la juventud brasileña es el hecho de que sólo el 20% del segmento asiste a la universidad.
Para la responsable de Educación de Unicef Brasil, Mónica Pinto, “el primer paso [del laboratorio] es mapear las buenas experiencias, buenas prácticas y buenas políticas que ya existen. A partir de ahí tendremos algunas derivadas de esto. Uno de ellos, obviamente, es realizar trabajos de seguimiento, monitoreo y apoyo técnico a los Estados que quieran desarrollar políticas públicas en este sentido”.
Según los organizadores de la iniciativa, el funcionamiento del laboratorio se basará en seis ejes: mapeo de buenas prácticas; capacitación; reconocimiento; organización y producción de conocimiento académico; apoyo técnico; e indicadores de seguimiento.
“También vamos a hacer mucho trabajo de participación y difusión para aquellos estados que aún no tienen una política para que puedan también involucrarnos y desarrollar políticas con vocación local, escuchando y atendiendo a las poblaciones de sus respectivos territorios”, añadió Mónica.
La superintendente del Itaú Educação e Trabalho, Ana Inoue, entiende que “este laboratorio viene a apoyar acciones para la inclusión productiva de los jóvenes. Actualmente tenemos un 20% de jóvenes de 18 a 24 años en la universidad y un 80% fuera. Tenemos el 88% de jóvenes matriculados en la educación pública. Y debemos ofrecer a estos jóvenes condiciones de inclusión en el mundo laboral, para que puedan seguir desarrollándose. Necesitamos brindar condiciones para que este joven salga adelante”.
Por el momento, Brasil es el segundo país (perdiendo el 'título' invertido sólo ante Sudáfrica), de un total de 37 analizados, con mayor proporción de jóvenes, de entre 18 y 24 años, que no estudian ni trabajan. En el grupo de edad analizado, según el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el 36% de los jóvenes brasileños no estudian y están desempleados.
Una “gran alianza” entre autoridades públicas, sector privado y sociedad civil organizada para ofrecer oportunidades a estos jóvenes. Así define la misión Linc, responsable de Unicef, destacando que “tenemos más del 20% de jóvenes que no son desarrollando sus habilidades y competencias, que no están estudiando y no tienen acceso a una oportunidad de trabajar. Estamos desperdiciando a la juventud de nuestro país”.