El icónico cofundador de Apple, Steve Jobs, dejó una fortuna valorada en más de 50 mil millones de dólares tras su muerte en 2011, cuando falleció por complicaciones de un cáncer de páncreas.
Sin embargo, llama la atención una curiosa decisión: sus tres hijos, frutos de su matrimonio con Laurene Powell Jobs, no estaban cubiertos por su voluntad.
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La explicación de una elección tan intrigante la dio Laurene Powell Jobs en una entrevista con el New York Times, poniendo fin a una duda que rondaba entre los admiradores de Jobs.
Según ella, sus hijos, Reed Paul, Eve y Erin Sienna, no fueron incluidos en el testamento porque ya habían recibieron una educación y formación que les permitió prosperar en sus carreras, por lo que no necesitaron la herencia del Padre.
(Imagen: divulgación)
Laurene también es conocida por sus acciones filantrópicas y generosas. Dispuso de parte de su fortuna multimillonaria mediante donaciones a diversas organizaciones benéficas.
Actualmente, sus activos se estiman en 12.800 millones de dólares, lo que equivale a unos 66.000 millones de reales a precios actuales.
Una curiosidad adicional del testamento de Steve Jobs es que las dos únicas personas presentes en el Will eran su esposa Laurene y una mujer llamada Lisa Brennan, hija de una relación anterior. del magnate.
Lisa creció sin presencia paterna en su vida y, en cierto modo, no fue reconocido por él durante su juventud. La inclusión de Lisa como heredera puede haber sido una forma póstuma de Steve Jobs de intentar compensar a su hija por su ausencia.
Aunque la decisión de Steve Jobs llamó la atención, refleja su creencia de que sus hijos ya estaban en el buen camino de la vida y no necesitaban la herencia para asegurar su éxito.
Además, su viuda Laurene Powell Jobs siguió promoviendo la filantropía y dedicando parte de la fortuna de Jobs a causas nobles, haciendo aún mayor el legado del “padre del iPhone”.