Una mujer estadounidense de 43 años llamada Jenny Smith la tenía vida transformada por un descubrimiento inesperado y sorprendente: un retrato antiguo que se parece extraordinariamente a ella.
La pintura, que representa a una mujer pelirroja con cabello rizado y “frente grande”, fue descubierta por un amigo de Jenny en un grupo de Facebook. Desde entonces, ha desencadenado una serie de acontecimientos fascinantes que han revelado una conexión con el pasado.
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Todo empezó cuando la amiga de Jenny encontró el cuadro en un grupo. Facebook y notó las notables similitudes con su amiga estadounidense, como se mencionó anteriormente.
Inmediatamente envió el enlace a la hermana de Jenny, quien a su vez le mostró el descubrimiento a la propia Jenny. La primera reacción de Jenny fue de genuino asombro, lo que generó una pregunta intrigante: "¿Quién me pintó?"
(Imagen: Jenny Smith/Facebook/reproducción)
Para Jenny, la parte más notable del parecido estaba en su frente, que describe como “muy grande”, y su cabello rizado.
La pintura estaba en una tienda de antigüedades en Carolina del Norte, a casi mil millas de su casa en Columbia, Mississippi. Decidida a resolver este misterio, Jenny comenzó una búsqueda para obtener la pintura.
Jenny hizo varios intentos de comunicarse con la tienda de antigüedades que tiene “su” retrato, pero nunca recibió respuesta. Sin embargo, el destino tenía otros planes para ella.
Un día, recibió un mensaje en Facebook de alguien que había encontrado el cuadro por sólo 10 dólares (unos 51 reales) y estaba dispuesto a regalárselo. Un giro encantador en esta intrigante historia.
Con el retrato en mano, Jenny decidió investigar el origen de la obra de arte. Fue entonces cuando descubrió que el autor del retrato no era otro que un pintor y piloto de combate de la II Guerra Mundial, que sirvió en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, llamó a Stephen Farris Jr. La búsqueda la llevó hasta la nieta del artista, creando una conexión inesperada entre Jenny y el pasado.
En ese momento, Jenny habló con la nieta del pintor y descubrió que su abuelo asistía a clases de arte, donde personas desconocidas servían de modelos para sus cuadros.
El parecido entre la mujer del retrato y Jenny era sorprendente, lo que llevó a Jenny a concluir con admiración: "Hay alguien ahí fuera que se parece exactamente a mí".
La historia de Jenny Smith nos recuerda que el mundo está lleno de sorpresas y conexiones inesperadas, a menudo escondidas en antigüedades y obras de arte. El viaje para desentrañar el enigma de la pintura la llevó a un descubrimiento apasionante y a una conexión única con el pasado.