El aislamiento social impuesto por la crisis pandémica sigue cobrando hoy un alto precio, especialmente para los docentes, que tienen pocos motivos para celebrar el paso de su día, este domingo (15).
Una vez superado el periodo más agudo de la Covid-19, el regreso del modelo de enseñanza presencial puso de relieve las barreras planteado por la acelerada digitalización de la economía, que abrió espacio para la adopción de nuevos estándares de vida, eminentemente virtuales. aprendiendo. Al contrario de lo que podría imaginarse, la interacción alumno-profesor se ha vuelto más inconsistente y efímera, como se comprueba diariamente en el contacto personal entre ellos.
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Como resultado, el vacío en esta "relación" ha sido ocupado por casos cada vez más frecuentes de violencia y prácticas comunes de "discurso de odio" en en el aula (cuando no conduzcan a agresiones físicas) sino también, a través del entorno virtual, como expertos e incluso sindicatos implicados en la asunto.
En general, este tipo de ataques acaban produciendo consecuencias físicas y mentales en los docentes, que necesitan afrontar el problema y seguir trabajando, por razones de supervivencia.
Un ejemplo de esta situación lo puede dar la avalancha de denuncias recibidas por el Sindicato Estadual de Profesionales de la Educación del Estado de Río de Janeiro (Sepe), que se refieren a situaciones de vergüenza e insultos desencadenadas por mensajes publicados en redes sociales o mediante comunicaciones directas a través de la aplicación Whatsapp.
La coordinadora de la entidad, Helenita Beserra, destaca que “aquí tenemos un grupo grande de profesionales que se están sintiendo perseguidos. Ingresan a sus redes sociales para patrullar su posición política y impugnar agresivamente las publicaciones allí. Estos casos se están volviendo comunes y los profesionales sufren esta presión psicológica y estrés”.
Episodio lamentable – Otro episodio lamentable fue el que tuvo lugar, hace unas semanas, con educadores del Colegio Pedro II, en Río de Janeiro, en el que un Profesora de inglés fue abofeteada por un alumno, quien aceptó el 'reto' de cometer el ataque lanzado por la red social Tik Tok. Pero hay casos más graves, de virtuales linchamientos, acoso cibernético y grabaciones no autorizadas.
Ante estas situaciones, la orientación de los sindicatos es que los profesionales informen el incidente a las autoridades, para identificar al agresor y responsabilizarlo por el país. “En casos más graves contra profesionales, ponemos a disposición el departamento jurídico para ayudarles a afrontarlo. Cuando la situación es aún más delicada, lo correcto es acudir a una comisaría para registrar a la policía. Preferiblemente uno especializado en ciberdelitos”, añade el coordinador del Sepe.
Una rivalidad entre dispositivos digitales y profesores. Esta es la tesis defendida por el profesor del departamento de educación de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar) e investigador Antônio Soares Zuin, en su libro “ciberbullying contra los docentes”, publicado en 2007.
“Desde el comienzo de las relaciones de enseñanza-aprendizaje, los profesores han sido responsables de mantener el enfoque de los estudiantes en el contenido. Se han desarrollado diversas metodologías para garantizar esto. De la vía dialógica a la aplicación de castigos físicos y psicológicos. Hoy en día requiere de mucho esfuerzo mantener la atención y leer en profundidad cualquier contenido, ya que queremos estar conectados con el teléfonos móviles todo el tiempo”, analiza Zuin, añadiendo que “para los estudiantes, resulta absolutamente insoportable concentrarse durante horas en una figura como la maestro. Y luego, terminan, en cierto modo, vengándose de esta figura que históricamente ha sido responsable de mantener su atención”.
Imagen autorizada – En la valoración del doctor en educación y profesor de la Universidad Federal de Bahía (UFBA) y autor del libro “ciberbullying: odio, violencia virtual y magisterio”, Telma Brito Rocha, cuando la escuela no fomenta el diálogo, esto contribuye a reforzar una imagen autoritaria de los docentes hacia los estudiantes. “Sabemos que la docente sufre una serie de violencia diaria. Pero también es necesario comprender cómo la agresión estudiantil puede ser eco de las prácticas escolares”, afirma el escritor.
Desde el punto de vista del estudiante, Telma observa que “esta violencia muchas veces proviene del profesor, que persigue a los estudiantes por determinadas conductas en el aula. Hay represión en relación a cómo se sienta el estudiante, cómo habla, cómo viste, cómo debe comportarse y estar en el ambiente. Todo esto termina generando revueltas, que a su vez pueden generar otro tipo de violencia”.
En común, tanto Antônio como Telma entienden que la mejor solución para combatir la violencia, ya sea presencial o virtual, es transformar la escuela en un lugar permanente de diálogo y resolución de conflictos, para que los estudiantes tengan la libertad de expresar sus insatisfacciones.
Una vez realizado el diagnóstico sobre el ruido que permea la interacción profesor-alumno, Telma señala que “el espacio educativo es un espacio de conflicto y cooperación. No siempre es un lugar tranquilo donde la gente sonríe todo el tiempo. Tenemos que buscar una manera pedagógica de resolver los problemas. No se trata de eliminar al estudiante agredido, enviarlo a otra escuela y trasladar el problema. Necesitamos que las autoridades públicas, los departamentos de educación, inviertan en equipos multidisciplinares. El problema requiere cada vez más de estrategias que puedan afrontar esta complejidad e involucrar diferentes áreas del conocimiento”, dice Telma Brito Rocha.
Hora de la autocrítica – Zuin, a su vez, entiende que “el docente tiene que redimensionar el significado de autoridad educativa. Principalmente en el sentido de realizar una especie de autocrítica, de no querer persuadir al alumno de que es dueño de la verdad. Además, la escuela debe promover espacios y situaciones en las que profesores, alumnos y padres puedan reunirse y Tratar de entender por qué ocurre la violencia, para intentar establecer ciertas acciones. articulación. Si hay un espacio propicio para estos contratos sociales pedagógicos, la práctica de acoso cibernético tiende a caer”, dice Antônio Zuin.
La prevención comienza en la infancia – Autora del programa Educación en medios en la práctica” – dirigido a proyectos que desarrollan la educación digital dirigida a niños – profesora Maria Sylvia Spínola destaca que esta puede ser una forma de prevenir y combatir la violencia en Internet, ya que incluye a niños de 5º año (de media, entre diez y 11 años). años). Además de centrarse en la formación del sentido crítico y la responsabilidad en entornos virtuales, el aprendizaje incluye el uso de mecanismos de búsqueda, fact checking, diferenciación entre opinión e información y comportamiento crítico y ético en las redes social.
“Cuando trabajamos en temas de acoso, estafas, acoso o violencia que ocurren en Internet, los niños a menudo pueden darse cuenta cuando son víctimas. Pero no pueden saber cuándo están siendo agresivos o usando un lenguaje inapropiado. Trabajo desde esta perspectiva también”, dice María Sylvia, para quien, “considerando que la educación en medios se basa en la formación de ciudadanía, que ayude en el buen uso de las herramientas y en cómo expresarse de manera responsable, creo que estamos contribuyendo a la construcción de una ciudadano ético”.
Compromiso social – Sin embargo, subraya el profesor, “las instituciones educativas no son las únicas responsables de prevenir la violencia y los comportamientos inadecuados de los estudiantes en línea. Es necesario involucrar a toda la sociedad en este proceso. Necesitamos considerar todos los problemas sociales, emocionales y familiares. Muchos niños no cuentan con la orientación de sus padres sobre el buen uso de internet y no se involucran en prácticas seguras. Se considera a la escuela como la responsable de educar a la sociedad y se olvida la importancia de implicar a la familia y a los poderes públicos. Es esa máxima, no se puede educar a un niño sin el movimiento de todo un pueblo”.