El olfato es uno de los sentidos más poderosos, capaz de evocar recuerdos y emociones profundas con un solo olor. Esto no es sólo una impresión, sino una realidad con base científica.
Una investigación reciente publicada en la revista Galileo reveló cómo el sentido del olfato está intrínsecamente ligado a áreas del cerebro que procesan recuerdos y emociones, además de abordar el impacto de la pérdida de este sentido en las enfermedades neurológicas.
vea mas
Arqueólogos encuentran esqueleto romano con tumor en el cráneo;…
Ahuyenta a las hormigas y deja tu hogar perfumado con ESTA receta…
La cuenta personal de José A. Morales García, investigador científico en enfermedades neurodegenerativas y profesor de la Facultad de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), nos traslada a su infancia en el taller de carpintería del Padre.
El olor característico de la madera le provocó una experiencia de viaje en el tiempo que lo transportó de regreso a su ciudad natal de Toledo, España.
El poder de este aroma no sólo le trajo recuerdos, sino que también evocó emociones que creía que habían sido olvidadas hace mucho tiempo, lo que llevó al hombre a cuestionarse qué le estaba pasando.
(Imagen: divulgación)
oh sentido del olfato está directamente relacionado con áreas del cerebro, como el sistema límbico y la corteza orbitofrontal, que realizan papel crucial en la configuración de respuestas emocionales y en la identificación y asociación de olores con experiencias pasado.
Las investigaciones han demostrado que los recuerdos evocados por el olfato tienden a estar relacionados con experiencias emocionalmente significativas.
Esto se debe a que el sentido del olfato tiene un camino directo a los circuitos de memoria del cerebro, ubicados en el hipocampo, lo que lo convierte en un canal eficaz para acceder a recuerdos emocionales del pasado.
Además, la pérdida del olfato puede ser un indicador de patologías neurológicas. Durante la pandemia de Covid-19, muchas personas perdieron temporalmente el sentido del olfato, pero para algunas fue permanente.
Los estudios han demostrado que los trastornos asociados con la pérdida del olfato, como el Alzheimer y el Parkinson, a menudo preceden o acompañan al deterioro cognitivo.
La buena noticia es que la gimnasia olfativa, es decir, la exposición a una variedad de aromas diferentes, puede ayudar a revertir el pérdida del olfato y mejorar la capacidad cognitiva y de memoria.
Los investigadores sugieren que la exposición diaria a diferentes olores durante unas horas durante seis meses tiene un impacto positivo en la función de la memoria.
Aunque se necesita más investigación para confirmar definitivamente los beneficios de la estimulación olfativa como terapia, la ciencia ya está arrojando luz sobre cómo nuestras narices tienen una línea directa con nuestros recuerdos y emociones.
El olfato es una puerta de entrada al pasado y a las emociones, gracias a la forma en que el cerebro procesa los aromas. Como decía Marcel Proust: “El perfume es la última y mejor reserva del pasado”.