La adopción de un modelo de enseñanza flexible, a través del cual los estudiantes sean capaces de adaptar su formación a las demandas del mercado.
Ésta es la idea central de la propuesta presentada, durante la audiencia pública, celebrada este lunes (16), por la Comisión de Educación, para discutir la educación profesional y técnica, en la que expertos resaltaron la necesidad de incrementar la oferta de carreras y una mayor interacción entre la escuela y el sector productivo.
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Durante el evento surgió información que, actualmente en Brasil, sólo el 11% de los jóvenes asisten a cursos técnicos, además por debajo del promedio que muestran los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de 38%.
En valoración del vicepresidente de la Cámara de Educación Básica del Consejo Nacional de Educación (CNE), Suely Menezes, hoy existe un desfase entre lo que demanda el mercado laboral y la formación que se ofrece a estudiantes. “Hay vacantes y hay estudiantes, pero estos estudiantes no pueden cubrir esas vacantes. No nos ponemos a pensar en educación, primero tenemos que mirar el mercado, mirar la sociedad, mirar las tendencias para poder diseñar nuestros currículos”, comentó.
Los expertos evalúan que el mercado laboral brasileño vive actualmente una paradoja, traducida en el hecho de que, mientras que el 28% de los jóvenes están desempleados, el 81% de las empresas no cubren vacantes que requieren cualificación técnica.
Itinerarios formativos – Como alternativa para al menos reducir esta brecha, sería la creación de itinerarios formativos, que consistirían en un modelo de enseñanza, a través del cual el estudiante mantendría la misma formación, desde la educación básica hasta los niveles superiores, según sus posibilidades, al mismo tiempo que dicha formación se adaptaría a las demandas del mercado, a lo largo de todo el ruta.
El director general del Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial (Senai), Felipe Morgado, va más allá, al Destacar que el cambio tecnológico hace imprescindible la adopción de un modelo de enseñanza más flexible. “Existe consenso en que el mundo del trabajo está siendo impulsado en gran medida por las tecnologías, la digitalización y la sostenibilidad. Como el futuro del trabajo es incierto, tenemos que discutir más sobre carreras y menos sobre esa vacante, esa posición en el mercado laboral. Tenemos que dar una formación más completa, tenemos que fomentar el aprendizaje permanente e involucrar al sector productivo en este aspecto”, enfatizó.
Al resaltar que la formación técnica es una oportunidad para reducir la vulnerabilidad social de los jóvenes, la jefa de gabinete de la Secretaría Ejecutiva del Ministerio de Desarrollo y Asistencia Social, Gustavo Alves de Souza recuerda que, de los 96 millones de brasileños inscritos en el registro único de asistencia social, casi 14 millones son jóvenes entre 16 y 24 años años.