Todos hemos pasado por eso: ese momento en el que, después de un día particularmente difícil, la idea de entregar una carta de resignación Parece ser la única chispa que ilumina.
Sin embargo, antes de tomar una decisión profesional apresurada y potencialmente drástica, es fundamental detenerse, respirar y reflexionar sobre algunos aspectos esenciales.
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Pregúntese: ¿Los desafíos que enfrenta son obstáculos temporales o barreras insuperables? Recuerde que las adversidades muchas veces son oportunidades disfrazadas de crecimiento profesional.
Evalúe si dichos desafíos amplían sus habilidades y lo hacen más resiliente. Si la respuesta es sí, quizás valga la pena desenvainar la espada y luchar, en lugar de abandonar el campo de batalla.
¿El trabajo ha estado agotando tu energía hasta el punto de que no queda nada para tu vida personal? Si su trabajo afecta significativamente su salud física o mental o sus relaciones, debe reevaluarlo.
Sin embargo, analiza también si es el trabajo en sí o la forma en que has gestionado tu tiempo. A veces, pequeños ajustes en la gestión del tiempo y la delegación de tareas pueden restablecer el equilibrio tan necesario.
(Imagen: divulgación)
¿Es tóxica la cultura de su lugar de trabajo o se trata simplemente de un malentendido ocasional entre colegas? Considere si se siente valorado y respetado en su espacio de trabajo.
Si pequeños cambios en la forma en que interactúa con sus colegas pueden mejorar la situación, podría valer la pena intentarlo. Sin embargo, un entorno constantemente tóxico puede no justificar el desgaste emocional a largo plazo.
Finalmente, reflexione sobre sus perspectivas de futuro en la organización. ¿Tiene espacio para crecer, promover y alcanzar sus objetivos profesionales?
Si te sientes estancado, sin ver avances ni oportunidades de desarrollo, puede que sea el momento de plantearte nuevas aventuras.
Sin embargo, asegúrese de que esta percepción no sea resultado de la impaciencia; Los grandes cambios profesionales a menudo requieren tiempo y paciencia.
Entonces, ¿respiraste profundamente? ¡Excelente! Ahora, con la mente despejada, considere también el panorama más amplio de su carrera.
En algunos casos, hablar con su gerente sobre sus inquietudes puede abrir puertas a cambios positivos que nunca creyó posibles.
Además, un cambio radical puede parecer tentador, pero siempre es inteligente tener un plan sólido antes de dar el salto.
Esto incluye comprender completamente sus finanzas y tener una red de seguridad, ya sea una nueva oferta de trabajo preparada o suficientes ahorros mientras busca esa nueva oportunidad.