Sentir escalofríos Es tener una sensación repentina que puede deberse a diferentes motivos. Ya sea por el frío, las emociones o una condición médica, el fenómeno tiene relación con los ancestros y es una reacción positiva.
El cuerpo humano tiende a responder involuntariamente a tal sensación cuando nos encontramos en una situación peligrosa o sentimos una emoción intensa, como miedo o placer.
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Asimismo, la piel de gallina se conecta con las situaciones de supervivencia de ancestros que enfrentaban temperaturas extremadamente frías y necesitaban mantener su temperatura corporal.
La ciencia explica que cuando la temperatura corporal desciende por debajo de los 37°C, los músculos se contraen y relajan para gastar energía y calentar el cuerpo.
"Los temblores son la forma que tiene nuestro cuerpo de aumentar su temperatura central para devolverla a un estado de homeostasis", explica Emily Shore, en el blog de la Universidad McGill en Canadá.
Así, estos temblores son un movimiento automático del cuerpo, como la respiración y el ritmo cardíaco.
(Imagen: Divulgación)
Es común que muchos animales tiemblen como forma de protección ante las amenazas. En estos casos, el sistema nervioso simpático estimula al organismo para que esté preparado para escapar o defenderse.
En cierto modo, el pelo erizado hace que el animal parezca más grande y el pico de adrenalina demuestra que es posible afrontar situaciones de ataque.
Sin embargo, la piel de gallina también está relacionada con espiritualidad o un momento de emoción intensa, debido a la dopamina liberada en el cerebro.
Así que, aunque no sea una cuestión de supervivencia, al cuerpo también se le pone la piel de gallina cuando vemos una película de terror, escuchamos una canción o estamos con alguien a quien queremos.
Llamados escalofríos psicógenos, están relacionados con la sensación de bienestar que representa una emoción positiva en el cerebro. Así, el cuerpo se prepara para el aumento de la presión arterial, la sudoración y, por supuesto, los escalofríos.
*Con información del blog Universidad McGill.