¿Sabías que la posición en la que duerme puede afectar la apariencia de su piel? No, no estamos hablando de magia ni de cuentos de hadas.
Pero existe una verdadera conexión entre el sueño y la forma en que tu piel reacciona al paso del tiempo. Dormir es uno de los momentos más importantes para que nuestro cuerpo se recupere de las agresiones diarias, y tu piel no es una excepción.
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Durante el sueño nocturno, nuestra cara puede presionarse contra la almohada, lo que provoca la aparición de las llamadas “líneas de almohada”. Estas marcas temporales pueden, a largo plazo, convertirse en líneas de expresión permanentes si ocurren con frecuencia.
¡La buena noticia es que se pueden evitar! Invierta en fundas de almohada de seda o satén. Estos materiales crean menos fricción con la piel, reduciendo las posibilidades de que aparezcan estas líneas no deseadas.
La posición fetal, con el rostro acurrucado y las manos pegadas al rostro, puede parecer cómoda, pero no es la mejor opción para quienes quieren mantener su piel joven y radiante.
Esta posición puede provocar la aparición de arrugas, especialmente en las mejillas y el mentón. Dormir boca abajo tampoco es la mejor opción. Además de presionar tu cara contra la almohada, puede causar hinchazón de los ojos.
¿La mejor posición? ¡Duerme boca arriba! Además de beneficiar la columna, dormir en esta posición evita que el rostro quede presionado, reduciendo el riesgo de aparición de arrugas y líneas de expresión. Ah, y aquí hay una ventaja: esta posición también ayuda a prevenir la caída de los senos.
Otro aspecto importante es cuidar tu piel antes de dormir. Una rutina de cuidado de la piel durante la noche es fundamental para mantener tu piel sana y prevenir el envejecimiento prematuro. ¡La hidratación es clave!
Aplica una buena crema hidratante, adecuada a tu tipo de piel, todas las noches. ¡Y no olvides beber agua! Una buena hidratación interna repercute directamente en la salud y el aspecto de la piel.
Por último, pero no menos importante, recuerda que el estrés y la ansiedad pueden ser perjudiciales para tu piel. Una mente tranquila y relajada contribuye a un sueño de calidad, lo que se traduce en una piel más joven y saludable.
Así que, antes de irte a dormir, desconecta un rato del mundo exterior. Una meditación ligera, música suave o incluso unos minutos de lectura pueden hacer maravillas con tu sueño y, en consecuencia, con tu piel.
Dormir: ¡tu mejor momento!
Dormir es un momento sagrado, y cuidar nuestra forma de dormir podría ser el secreto para mantener tu piel joven por más tiempo. Adopta hábitos saludables y cuídate, por dentro y por fuera. ¡Tu piel te lo agradecerá!