La curiosidad sobre la equivalencia de edades entre perros y humanos ha intrigado a los amantes de los animales durante generaciones. La regla tradicional de que cada año canino equivale a siete años humanos siempre ha sido aceptada, pero sin una base científica sólida.
Sin embargo, una nueva investigación dirigida por la Universidad de California en San Diego (UCSD) desafía esta noción y proporciona una comprensión más profunda del envejecimiento canino.
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Los investigadores de la UCSD utilizaron la ciencia de la epigenética, que estudia los cambios en expresión genética sin alterar la secuencia del ADN – para analizar la edad de los perros de una manera más necesita.
Al examinar los cambios epigenéticos en el ADN de perros y humanos, los científicos pudieron establecer una nueva tabla de equivalencia entre las edades de las dos especies.
El estudio reveló que la antigua regla de los siete años no es exacta. Según la nueva tabla creada por los investigadores, un perro de un año equivale en realidad a un humano de 31 años.
Además, un perro de cinco años correspondería a un humano de 57 años. Estos hallazgos brindan una nueva perspectiva sobre la edad de nuestros amigos caninos, lo que nos permite comprender mejor sus necesidades de salud y bienestar a medida que envejecen.
Los resultados del estudio muestran que la equivalencia de la nueva era es más precisa para razas de perros medianas y grandes, como los labradores.
Sin embargo, los investigadores reconocen que los perros de razas más pequeñas pueden mostrar variaciones y por lo tanto existen Es necesario realizar más investigaciones que involucren una variedad más amplia de razas para obtener una imagen más completa. completo.
La esperanza de vida media de los perros, que ronda los 11,2 años, ahora se puede interpretar de otra manera con la nueva tabla de equivalencia, que corresponde a más de 69 años humanos.
Además, el estudio destaca cómo ciertos factores, como el tamaño de la raza, el sexo y el mantenimiento de un peso saludable, pueden influir en la longevidad de los perros.
El estudio también saca a la luz casos notables de longevidad canina. Un ejemplo citado es el de Bobi, un perro residente en Portugal, que alcanzó la impresionante edad de 31 años, siendo registrado en el Libro Guinness de los Récords.
La investigación dirigida por UCSD allana el camino para una comprensión más profunda y basada en evidencia de cómo los perros envejecen en relación con los humanos.
Esta nueva perspectiva no sólo satisface la curiosidad de los amantes de los animales, sino que también tiene implicaciones prácticas, ayudando los dueños de perros brinden una atención mejor y más informada a sus compañeros caninos a medida que envejecen.