En Fortaleza, Ceará, en Praia do Futuro, la propuesta de construir un planta desalinizadora ha provocado acalorados debates y preocupaciones, especialmente en el sector de las telecomunicaciones.
Fábio Andrade, vicepresidente institucional de Claro, uno de los líderes del sector en Brasil, expresó preocupación por el posible impacto que la construcción de esta planta podría tener en la infraestructura de internet del país.
vea mas
Guía para solicitar tarifa social y obtener descuentos en agua y luz
Descubre AI Pin: el dispositivo que promete reemplazar a los celulares
Las discusiones en torno al proyecto se centran esencialmente en las posibles consecuencias para las redes de comunicación existentes.
La instalación de la planta desalinizadora también ha generado preocupación entre Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel). Estas preocupaciones no se limitan a la construcción de la planta, cuyo inicio está previsto para el primer trimestre de 2024, sino también extenderse a las fases operativas del equipo, cuyo inicio está previsto en 2026.
La región es crucial para las telecomunicaciones de Brasil, ya que alberga un centro internacional para cables submarinos, responsable del “99% del tráfico de datos” del país, según destacó el ministro de Comunicaciones, Juscelino Hijo.
Actualmente, hay 16 cables submarinos en el área y se espera que crezcan a 20, posicionando a Fortaleza como el segundo mayor centro de cables submarinos del mundo. Es esta concentración la que coloca la instalación de la planta bajo el “riesgo importante” destacado por Anatel, debido al potencial impacto en la infraestructura de telecomunicaciones.
Según Andrade, la interrupción por daños a estos cables tendría un efecto dominó, afectando a varios sectores servicios esenciales, incluidos los de seguridad y salud pública, ya que la reparación de estos cables puede tardar hasta 50 días.
Andrade también llama la atención sobre el crecimiento esperado de la demanda de internet en el país, pronosticando que el número de cables submarinos podría duplicarse en los próximos tres años.
Esto añade otra capa de complejidad al debate, ya que incluso si la instalación actual se considera segura, el crecimiento futuro del cable requeriría una revisión de esa seguridad.
Hay expectativa por un nuevo proyecto ejecutivo, con Andrade y otros interesados esperando ansiosos los detalles que puedan traer soluciones a este impasse.
El vicepresidente de Claro expresa una mezcla de preocupación y esperanza, enfatizando la necesidad de una solución que garantizar la integridad de la conexión a Internet de Brasil, sin comprometer el desarrollo de infraestructura deseado por el planta de energía.