Los años van pasando y nuestros hijos van creciendo hasta que llega el momento de llevarlos al colegio. Aunque es un momento muy esperado, la ansiedad por separación puede hacer que los pequeños se asusten mucho y no quieran ir a clase. Por lo tanto, es común ver niños llorando al entrar a la escuela. Experto explica cómo hacer frente a este tipo de situación.
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Según la pedagoga y coordinadora pedagógica Simone Martiningui Onzi, es común que los niños se sientan extraños y empiecen a llorar los primeros días de clase, ya que todo es nuevo para ellos.
¿Y para los niños que ya van a la escuela?
Para las niños que ya tuvo un primer contacto con el colegio y sabe cómo es la experiencia, el llanto de los primeros días no es más que la dificultad de volver a la rutina tras las vacaciones. Esto incluso afecta incluso a los adultos.
Por eso, la experta dice que el papel de los padres es muy importante en este momento. Es interesante que los responsables introduzcan temas escolares en casa, hablen de la rutina y de lo que les espera en esta nueva etapa. Puedes preguntarle, por ejemplo, cómo estuvo el día allí y si aprendió algo nuevo.
Los padres tampoco deben tratar la escuela como una obligación o como una recompensa negativa o positiva por una actitud que su hijo tuvo en casa.
Pero, ¿qué hacer si el niño no deja de llorar?
En ese momento, según la pedagoga, es importante que los padres acepten los sentimientos de sus hijos y les digan que está bien llorar y tener miedo. Pero que, poco a poco, todo se irá superando y la nueva situación se hará cómoda.
El pedagogo profesional también necesita caminar en línea con los padres. Porque ellos también serán los encargados de transmitir a los niños que la escuela es un lugar agradable y lúdico, por lo que no necesitan sentir miedo ni tristeza.