Todos hemos tenido momentos en los que no nos sentimos muy validados y nos hacen creer que los demás son, en todos los sentidos, mejores que nosotros. sin embargo, el autoestima y la vida de algunas personas se ve perjudicada por un complejo de inferioridad que, contrariamente a la creencia popular, es un rasgo de personalidad y no una enfermedad o trastorno mental.
Por ello, consulta en este artículo algunos signos del complejo de inferioridad para que puedas identificarlos.
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Hay una variedad de razones por las que alguien desarrolla un complejo de inferioridad, siendo las tres circunstancias más comunes la emocional, la física y la sexual. El autodesprecio puede exacerbarse si una persona ya sufre de ansiedad, depresión o ansiedad social, entre otros trastornos. En este sentido, es importante conocer algunos signos de un complejo de inferioridad.
1. Baja autoestima
Es casi imposible hablar de complejo de inferioridad y no relacionarlo con signos de baja autoestima. Después de todo, cuando no sabemos quiénes somos y no nos aceptamos a nosotros mismos, no podemos evaluarnos a nosotros mismos y nuestras habilidades con sensatez y orgullo. De esta manera, creemos que no tenemos nada bueno que ofrecer al mundo y que todos son mejores que nosotros.
Además, una persona puede tener la costumbre de autosabotearse (muchas veces de forma inconsciente) si cree que no es merecedora de una buena relación o del éxito profesional, por ejemplo.
2. comparación constante
Las personas con complejo de inferioridad tienen la costumbre de compararse constantemente con los demás, y siempre de forma negativa. Esta es una forma de reforzar la discapacidad que el individuo cree tener.
Es crucial recordar que este es un punto de vista distorsionado que está desconectado de la realidad. Además, cada persona tiene sus propias capacidades y preferencias, y estas comparaciones siempre son injustas y distorsionadas.
3. Dificultad para mantener relaciones
Dado que el concepto de inferioridad causa tanto sufrimiento, las personas quieren defenderse y una forma de hacerlo es buscar el aislamiento. En estas circunstancias, la persona tiene la falsa impresión de que, al hacerlo, tendría más seguridad y control sobre su situación.
